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Bonos del Tesoro de EE.UU.: El “termómetro” financiero global que también afecta a El Salvador

Cuando Estados Unidos se tambalea, el resto del mundo tiembla. Y en el universo financiero, hay un activo que refleja con precisión quirúrgica ese pulso: los bonos del Tesoro. Este instrumento, que muchos podrían considerar lejano o técnico, es en realidad uno de los engranajes más poderosos de la economía global. Y sí, también tiene consecuencias para países como El Salvador.

¿Qué son los bonos del Tesoro y por qué son tan relevantes?

Los bonos del Tesoro son títulos de deuda emitidos por el gobierno de EE.UU. para financiar su gasto público. En otras palabras, son préstamos que los inversionistas —ya sean personas, empresas o países— hacen al Estado estadounidense. A cambio, reciben pagos de intereses durante un periodo (por ejemplo, 10 o 30 años) y, al final, recuperan el capital invertido.

Se consideran inversiones de bajo riesgo debido a la solvencia histórica de EE.UU. y, en tiempos de turbulencia económica, son vistos como un “refugio seguro”. Sin embargo, esta percepción puede cambiar. Y cuando lo hace, el impacto se extiende por el sistema financiero mundial.

¿Qué está pasando ahora con los bonos estadounidenses?

Recientemente, las decisiones del presidente Donald Trump —como la imposición de nuevos aranceles— han provocado una fuerte reacción en los mercados. Las bolsas cayeron, y el mercado de bonos, en lugar de atraer inversores en busca de seguridad, comenzó a registrar salidas. El resultado: aumentó la tasa de interés de los bonos a 10 años de EE.UU. del 3.9% al 4.5% en cuestión de días, lo cual encarece el costo de la deuda para el gobierno estadounidense.

Este aumento no solo refleja una pérdida de confianza en las políticas económicas, sino que también genera un «efecto dominó» que trasciende fronteras.

¿Cómo impacta esto a El Salvador?

Aunque El Salvador no emite bonos en dólares al mismo nivel que EE.UU., sí compite en el mismo mercado financiero internacional por obtener financiamiento. Cuando los bonos estadounidenses pagan más intereses, los inversionistas optan por estos activos más seguros. En consecuencia, los países emergentes, como El Salvador, deben ofrecer tasas aún más altas para atraer capital, lo cual encarece el endeudamiento nacional.

Además, gran parte de la deuda salvadoreña está denominada en dólares. Si el costo de emitir nueva deuda en esa moneda aumenta, el Gobierno salvadoreño debe destinar más recursos a pagar intereses, lo que limita el presupuesto para inversión social, infraestructura o salud.

Impacto en los ciudadanos y en el crédito

Un alza sostenida en las tasas de interés internacionales también puede encarecer los préstamos personales, las hipotecas y los créditos a empresas, ya que los bancos locales ajustan sus tasas para reflejar el mayor riesgo financiero global.

A esto se suma el efecto sobre los fondos de pensiones. Si estos tienen invertida parte de su cartera en deuda pública internacional, una caída en el valor de los bonos puede traducirse en menores rendimientos para los cotizantes.

¿Qué puede aprender el salvadoreño de a pie?

Comprender cómo funciona el mercado de bonos, especialmente el de EE.UU., ayuda a leer mejor los signos de la economía global. No se trata solo de Wall Street, se trata también del precio del dinero que usamos, de cuánto paga el país por endeudarse y de cómo eso se refleja, finalmente, en el bolsillo de los ciudadanos.

La lección es clara: en un mundo hiperconectado, las decisiones económicas de una superpotencia no son ajenas a la realidad centroamericana. Y los bonos del Tesoro estadounidense, aunque parezcan distantes, son una brújula que vale la pena seguir con atención.

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