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Centroamérica: Del riesgo a la oportunidad en inversión

La prolongación del conflicto bélico en Europa y el endurecimiento de la política monetaria en las principales economías del mundo han traído consigo un debilitamiento del ritmo de crecimiento que privó en Centroamérica y República Dominicana (CARD) durante los últimos 18 meses. Esta región registró un crecimiento de 4.9% en 2022, es decir, menos de la mitad del crecimiento registrado durante el año anterior, cuando la región alcanzo cerca del 11%.

Diversos elementos de política económica contribuyen a explicar estos resultados: la reducción del gasto y el movimiento alcista de las tasas de interés incidieron en la depresión de la economía, mientras que la inversión extranjera directa y el comercio exterior empujaron en sentido contrario.

A lo anterior se ha agregado una nueva urgencia: el reto de conseguir talento y descarbonizar la actividad económica.

En 1970, Dale T. Mortensen señalaba que los costos de buscar y encontrar personal (o una empresa donde laborar) tienen importantes implicaciones sobre el crecimiento y la expansión del producto a nivel agregado. En otras palabras, buscar trabajo cuesta, pero también a las empresas les resulta oneroso encontrar al personal adecuado.

Una economía que produce abogados y médicos en abundancia puede sufrir desocupación si lo que el mercado está buscando son especialistas en ciberseguridad. La consecuencia de este fenómeno es que una economía puede enfrentar desempleo y tener un gran número de vacantes al mismo tiempo. Mortensen recibió el Premio Nobel de Economía en 2010.

Hoy en día, un número importante de empresas en Centroamérica afirma que un riesgo importante para su desempeño es la incapacidad para atraer o retener trabajadores debidamente capacitados. De acuerdo con una encuesta realizada por KPMG, el 61% de las empresas encuestadas afirmaron que perder o no atraer el talento necesario era uno de sus principales riesgos internos.

Las empresas señalan lo anterior justo cuando la tasa de desempleo abierto promedio en CARD para 2022, es de alrededor del 8%, es decir, más del doble que la de México (3.7%) y el triple que el promedio en América Latina (2.3%) para el mismo periodo (CEPAL).

La especialización de la mano de obra ha de ocurrir pronto si lo que se pretende es aprovechar las oportunidades que la desglobalización ofrece, pues de acuerdo con el LatAm Outlook 2023, la mayoría de las oportunidades de negocio en los próximos años para CARD habrán de concentrarse en rubros no tradicionales: energías renovables, tecnologías de la información, infraestructura de la salud y educación a distancia.

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