Las multinacionales de bebidas Coca-Cola y PepsiCo están enfrentando un boicot en varios países de mayoría musulmana debido a su asociación con Estados Unidos, en medio de la creciente tensión por la guerra en Gaza. Consumidores en diversas naciones han llamado a no comprar productos de estas empresas, al considerarlas símbolos del apoyo estadounidense a Israel en el conflicto con Palestina.
El boicot, promovido principalmente a través de redes sociales, ha ganado fuerza en países como Turquía, Jordania, Malasia, Indonesia y otros del Medio Oriente, donde miles de usuarios han instado a la población a dejar de consumir bebidas de estas marcas. Las campañas acusan a las empresas de beneficiarse indirectamente de políticas internacionales percibidas como perjudiciales para la población palestina.
Aunque ni Coca-Cola ni PepsiCo han emitido declaraciones oficiales sobre el boicot, ambas compañías han sido históricamente asociadas a la influencia estadounidense, lo que las convierte en objetivos frecuentes de protestas durante crisis internacionales. En algunas ciudades, los comercios han retirado temporalmente sus productos de los estantes en respuesta a la presión pública.
Expertos en el ámbito comercial señalan que, aunque el boicot podría generar una reducción temporal en las ventas en ciertos mercados, es poco probable que tenga un impacto significativo a largo plazo en las operaciones globales de las compañías. No obstante, advierten que este tipo de acciones pueden dañar la imagen de las marcas en regiones donde las tensiones geopolíticas se entrelazan con el consumo.
El boicot a Coca-Cola y PepsiCo es parte de una ola de protestas más amplia en apoyo a Palestina, que incluye manifestaciones callejeras y campañas de presión sobre empresas y gobiernos percibidos como aliados de Israel.