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Davivienda proyecta un 2025 desafiante con riesgos globales y oportunidades para el sistema financiero salvadoreño

En un contexto de alta incertidumbre económica global y desafíos estructurales internos, Davivienda desarrolló la conferencia “Perspectivas Financieras 2025: desafíos y oportunidades del sistema financiero salvadoreño”, dirigida a analistas económicos y medios de comunicación especializados. El evento estuvo liderado por Reynaldo Rodríguez, Gerente de Tesorería de Davivienda, quien presentó un completo análisis del panorama económico nacional e internacional que marcará el rumbo del sistema financiero salvadoreño.

Durante su intervención, Rodríguez destacó los principales factores de riesgo que podrían incidir en la economía salvadoreña. Uno de los más relevantes es la escalada de la guerra comercial impulsada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien inicialmente impuso aranceles del 145% a productos clave, aunque posteriormente se llegó a un acuerdo temporal de reducción entre el 10% y el 30% por 90 días. “Este tipo de medidas podrían generar una presión inflacionaria mundial y aumentar el riesgo de estanflación, especialmente en economías abiertas como la nuestra”, advirtió Rodríguez.

Otro factor de presión es el comportamiento de la economía estadounidense. A pesar del aumento en el consumo, el Producto Interno Bruto (PIB) de EE. UU. se contrajo un 0.3% en el primer trimestre de 2025. Además, la Reserva Federal (FED) ha decidido mantener su tasa de interés en 4.5% por tercera reunión consecutiva, intentando contener la inflación sin afectar el crecimiento económico. Sin embargo, la reciente rebaja de la calificación crediticia de EE. UU. por parte de Moody’s, de Aaa a Aa1, debido al incremento sostenido de su deuda federal (actualmente en $36.2 billones), añade un grado adicional de volatilidad al entorno financiero global.

Un salvavidas financiero: el acuerdo con el FMI

Frente a este escenario, El Salvador ha dado pasos importantes para fortalecer su estabilidad macroeconómica. En febrero de 2025, el Fondo Monetario Internacional (FMI) aprobó un acuerdo de 40 meses por US$1,400 millones, con metas claras: consolidar las finanzas públicas, aumentar las reservas internacionales y mejorar la transparencia fiscal.

Rodríguez explicó que el programa contempla reducir el déficit fiscal en 3.5% del PIB en tres años y alcanzar un superávit del 3.7% en 2027, racionalizar el gasto público, aumentar la reserva de liquidez bancaria del 12% al 15% y elevar el nivel de reservas internacionales. Además, se impulsarán reformas a la Corte de Cuentas y se regulará el uso del Bitcoin, permitiendo su aceptación voluntaria en el sector privado y restringiendo su utilización por parte del sector público.

Desafíos internos: bajo crecimiento y alta informalidad

A nivel interno, las proyecciones de crecimiento económico para El Salvador se mantienen moderadas. Organismos como la CEPAL, el FMI y el Banco Mundial sitúan las estimaciones entre el 2.2% y el 2.5%, el nivel más bajo en Centroamérica.

Entre los principales retos económicos identificados por Davivienda destacan la persistente deuda pública, que al cierre de 2024 alcanzaba el 87% del PIB, y un déficit fiscal que en marzo de 2025 ascendió a $225 millones, superando en 4% al del año anterior. Además, la posibilidad de imponer impuestos a las remesas representa un riesgo adicional para el consumo y la estabilidad financiera de muchas familias salvadoreñas.

El sistema financiero enfrenta también desafíos estructurales como la alta informalidad económica —más del 60% de los trabajadores no cotizan ni están bancarizados— y la baja penetración del crédito formal. No obstante, se están desarrollando innovaciones como la banca digital sin sucursales y productos financieros de apertura simplificada.

Asimismo, se enfatizó la urgente necesidad de fortalecer la educación financiera en el país. “Muchos jóvenes y adultos aún desconocen conceptos básicos como el crédito, el ahorro o las tasas de interés. Programas como Mis Finanzas en Casa o la integración de finanzas personales en el currículo escolar son pasos necesarios para revertir esta situación”, comentó Rodríguez.

Un sistema financiero estable, pero con retos futuros

A pesar de los riesgos, Davivienda subraya que el sistema financiero salvadoreño se mantiene estable, bien capitalizado y en vías de fortalecer su liquidez. Los créditos y depósitos muestran crecimientos sostenidos, mientras que el riesgo país ha mejorado: el índice EMBI se encuentra en 400 puntos, con una reducción de 64 puntos respecto a abril.

Finalmente, Rodríguez destacó que la combinación del acuerdo con el FMI, el compromiso por atraer inversión privada —con el respaldo del BID— y los esfuerzos por impulsar proyectos de infraestructura y sostenibilidad, representan una ventana de oportunidad para modernizar el sistema financiero y consolidar una economía más resiliente e inclusiva.

“El 2025 será un año de decisiones estratégicas para el país. Si se aprovechan las oportunidades, se podrán mitigar los riesgos y construir un sistema financiero más sólido y equitativo para todos los salvadoreños”, concluyó Rodríguez.

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