Comercio & Negocios

El corazón del comercio madrugador: así late la Central de Abastos de Soyapango

Antes de que amanezca y mucho antes de que el país despierte, la Central de Abastos en Soyapango ya está en plena actividad. Entre luces de camiones, voces de comerciantes y aroma a productos recién cosechados, este centro se convierte en el epicentro del comercio alimentario que abastece a miles de salvadoreños cada día.

Mientras la ciudad duerme, la Central de Abastos de Soyapango se llena de vida desde las 2:00 de la madrugada. Camiones llegan cargados con frutas, verduras, granos básicos, carnes y productos procesados, muchos provenientes directamente de manos productoras. El movimiento no cesa hasta pasadas las 10:00 de la noche, en una operación que impulsa la economía local y garantiza alimentos frescos para hogares, mercados y restaurantes en todo El Salvador.

A diario, más de 8,000 personas recorren sus pasillos en busca de calidad y buen precio. Desde empresarios del sector alimenticio hasta vendedores ambulantes y consumidores individuales, todos encuentran en la Central una oferta confiable y accesible.

“Nuestra labor es servir tanto al productor como al consumidor. Todo lo que se comercializa aquí busca ir directo desde el campo hasta la mesa de los salvadoreños”, explica Berta Alicia Rodríguez Servellón, subgerente de la Central de Abastos.

Para garantizar eficiencia, el espacio está organizado en cuatro módulos:

El Módulo A, destinado a la logística de carga y descarga.

El Módulo B, para productos procesados.

El Módulo C, donde se concentran frutas, verduras y granos, nacionales e importados.

El Módulo D, especializado en carnes, mariscos, embutidos y lácteos.

Uno de los principales logros del modelo operativo de la Central es la eliminación de intermediarios. Los productores pueden vender directamente al público, lo que no solo mejora sus ingresos, sino que también permite ofrecer precios más justos a los compradores. Además, la Central cuenta con estacionamiento gratuito, lo que facilita el acceso para clientes de todas partes del país.

“Nos visitan todo tipo de clientes, desde negocios grandes hasta vendedores informales. Todos buscan lo mismo: calidad, variedad y buen precio”, afirma Rodríguez Servellón.

La Central de Abastos de Soyapango no solo cumple una función económica esencial, sino que también se ha convertido en un símbolo del esfuerzo diario de miles de salvadoreños que madrugan para llevar lo mejor del campo a la mesa nacional.

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