El Salvador alcanzó recientemente la tasa de riesgo país más baja desde marzo de 2018, de acuerdo con el indicador de bonos de mercados emergentes (EMBI) elaborado por JP Morgan. Este índice, que funciona como una prima de riesgo, mide el diferencial que los inversores exigen por adquirir deuda soberana de mercados emergentes en comparación con los Bonos del Tesoro estadounidense de plazo similar.
Según la calificadora Zumma Ratings, el EMBI “sirve como referencia para fijar el precio de las emisiones de deuda y para monitorear cambios en la percepción de solvencia y liquidez de un país. Cuanto mayor es el EMBI, mayor es el costo de financiamiento”.
La tendencia a la baja de este indicador no es exclusiva de El Salvador, sino que refleja un movimiento generalizado en la región. En octubre de 2024, el promedio de riesgo país en Latinoamérica se ubicaba en 436 puntos, mientras que este año descendió a 318 puntos, evidenciando una reducción en la percepción de riesgo por parte de los inversionistas.
Dentro de la región, Uruguay se mantiene como el país con menor riesgo, con un EMBI de 0,66%, mientras que Bolivia, con 12,1%, y Venezuela, con 126%, presentan los niveles más altos, reflejando mayores desafíos en términos de solvencia y estabilidad financiera.
Analistas consideran que la disminución del riesgo país para El Salvador podría facilitar condiciones de financiamiento más favorables para el Estado y generar mayor confianza entre los inversionistas internacionales. Sin embargo, advierten que este indicador está sujeto a variaciones según el entorno económico global y las políticas fiscales locales.

