Icono del sitio Comercio & Negocios

Inteligencia Artificial al servicios del Medio Ambiente

En un mundo cada vez más preocupado por las consecuencias del cambio climático, la inteligencia artificial (IA) pone todo su potencial al servicio del desarrollo sostenible, con algoritmos que «saltan» de los ordenadores y los móviles a la naturaleza para contribuir a una mejora medioambiental.

En una entrevista , Rosana Montes y Siham Tabik, profesoras titulares de los departamentos de Lenguajes y Sistemas Informáticos, y de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial de la Universidad de Granada, respectivamente, dan buena muestra de que IA y sostenibilidad ya caminan de la mano.

Estas dos expertas, preocupadas por cuestiones relacionadas con el medioambiente y partidarias de promover la interdisciplinaridad en la ciencia, coinciden al afirmar que la revolución que representa la IA -ámbito en el que Granada aspira a acoger la Agencia Española de Supervisión de la Inteligencia Artificial (AESIA)– debe ser compatible y además es necesaria para un desarrollo sostenible en general, y para la lucha contra el cambio climático en particular.

«Al final, la IA trata de algoritmos de aprendizaje automáticos que se entrenan, y qué mejor beneficio para la biodiversidad que estos puedan proponer soluciones frente al impacto humano en ecosistemas terrestres o marinos, con el seguimiento de especies o el reconocimiento a partir de imágenes», ha explicado como ejemplo Montes.

Tanto esta profesora como Tabik trabajan en dos proyectos diferentes que ya están aplicando de forma práctica la inteligencia artificial para contribuir a una mejora medioambiental en distintos campos.

IDENTIFICAR MADERAS CON UN MÓVIL

Es el caso de «GO IMAI», proyecto que desarrolla una aplicación para identificación de maderas a través de lupas acopladas a dispositivos móviles y en el que la Universidad de Granada aplica técnicas de inteligencia artificial, en especial las relativas al preprocesamiento de datos y el aprendizaje profundo.

Esta iniciativa pionera en su área, que prevé finalizar en mayo de 2023, quiere cubrir la necesidad del sector maderero para regular su comercio y dotar a usuarios, agentes de Aduanas y cuerpos de seguridad como el Seprona de una herramienta que permita una alerta temprana ante un cargamento que presente dudas sobre el origen o la presencia de productos derivados de especies protegidas, ha señalado Montes.

A través de la combinación de la anatomía macroscópica de la madera, con una base de datos con 400 especies comerciales, y técnicas de inteligencia artificial (Deep Learning), esta herramienta -que estará disponible de forma gratuita para terminales iOS y Android- podrá impedir en origen y destino el comercio de maderas sin la debida acreditación de su legalidad.

Con ello, pretende reducir la deforestación, lo que repercutirá en la mejora de la biodiversidad de bosques y mitigará en gran medida los efectos del cambio climático.

SIERRA NEVADA, LABORATORIO DEL CAMBIO AMBIENTAL GLOBAL

En este último ámbito centra precisamente su trabajo Siham Tabik, quien, bajo el paraguas de la infraestructura virtual europea de ciencia y tecnología para la investigación sobre biodiversidad LifeWatch-ERIC, participa en el proyecto «SmartEcoMountains», que sitúa a Sierra Nevada como un verdadero laboratorio de análisis sobre el cambio global.

El objetivo, ha explicado esta profesora, es analizar el impacto que sobre la biodiversidad y los ecosistemas y los beneficios que nos aportan tienen el cambio climático y las modificaciones en los usos y manejos de la tierra, usando imágenes de distintos satélites.

«Estamos desarrollando para Sierra Nevada un sistema inteligente, exportable a otros espacios protegidos, capaz de realizar una identificación automática de distintas microalgas en muestras microscópicas de ríos y lagunas de alta montaña», ha ejemplificado Tabik.

También se están detectando automáticamente mediante satélite por una parte especies de arbustos usados como «centinelas» para analizar el efecto del cambio climático a través de cambios en su coloración y extensión, y por otra que sirvan como nodrizas para realizar en ellos siembras inteligentes de árboles con drones.

«Trabajamos desde la escala global, con imágenes hechas desde el espacio por satélites, hasta las de detalle mediante imágenes tomadas por drones«, ha explicado esta investigadora sobre un proyecto que dará valiosa información tanto para la toma de decisiones más eficientes en gestión medioambiental, como en la evaluación del estado de conservación de especies amenazas, o el diseño y seguimiento de las reforestaciones, entre otros recursos.

Compartir artículo:
Salir de la versión móvil