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Inteligencia artificial es usada en China para la seguridad del sector minero

Un modelo de inteligencia artificial diseñado por Huawei busca reforzar la seguridad en el sector minero chino, que ha registrado en los últimos cinco años más de 3.000 fallecidos en accidentes.

La tecnológica china mostró hoy a los medios algunas de las aplicaciones del sistema en la mina de carbón de Lilou, situada en la localidad de Heze (este) y propiedad de la estatal Shandong Energy Group, que colabora con Huawei desde 2022.

La mina se encuentra a una profundidad de 930 metros, a la que se accede mediante un rápido descenso en un ascensor que llega a taponar los oídos.

Pese a que algunas áreas de trabajo cuentan con refrigeración, el intenso calor en algunas zonas y la altísima humedad dificultan las labores, a lo que se añade el aparatoso equipo que todos los que descienden han de llevar: un mono de trabajo, una linterna, unas botas, una toalla, un casco, un localizador y una batería.

“Se trata de usar la tecnología para reducir el número de trabajadores aquí”, explica a EFE el vicepresidente de mercadotecnia y ventas de la unidad minera de Huawei, Chen Wenfeng, que añade: “Hace mucho calor aquí abajo”.

Al caminar por los largos túneles de la mina, se encuentra maquinaria minera equipada con diversos sensores, cámaras y otros dispositivos, en los que se basan los trabajadores situados en la superficie para juzgar el estado del entorno de trabajo y operar a distancia.

En una de las zonas consideradas “peligrosas” de las instalaciones, un trabajador opera un taladro bajo la vigilancia de varias cámaras que detectan en tiempo real la posición del operario, del taladro y de la pared y que proporcionan datos al sistema de inteligencia artificial Pangu 3.0 para que realice predicciones de posibles accidentes.

Se trata de un trabajo arriesgado por los estallidos de rocas causados por la perforación, uno de los principales desastres que amenazan la seguridad en las minas y que la tecnológica pretende resolver con una automatización total, de forma que no sea necesaria la presencia de ningún obrero manejando el taladro.

De momento, representantes de la empresa aseguran que la carga de trabajo en dicha área ha disminuido en un 70 %.

Igualmente, se ha recortado el número de trabajadores en la cinta transportadora -una de las principales fuentes de accidentes por el peligro de enganche y arrastre y el riesgo de caída de materiales- gracias a las cámaras que identifican en tiempo real a lo largo de sus tres kilómetros de longitud los trozos de carbón demasiado grandes u otros objetos que podrían causar su bloqueo o avería.

La reducción del número de trabajadores necesitados en el subsuelo plantea la cuestión de si peligran los empleos de los aproximadamente 5 millones de mineros chinos.

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