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La descarbonización tema central de foro mundial de energía

En teoría, todos están de acuerdo con reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, pero para los países emergentes, este deseo colisiona con sus necesidades de recuperación y desarrollo económico, impulsadas aún por una industria de combustibles fósiles.

Reunidos esta semana en el CERAWeek, foro mundial de energía en Houston, Texas, representantes de la industria y autoridades reconocieron que será un desafío caminar juntos para llevar a cero las emisiones netas de carbono hacia 2050.

El Acuerdo de París, alcanzado durante una cumbre del clima de la ONU y vigente desde 2016, busca limitar el calentamiento global para que no supere los 2°C, para lo cual reducir las emisiones de CO2, o descarbonizar, es clave.

«El sector de petróleo y gas necesita hacer más y hacerlo más rápido. Necesita descarbonizar rápidamente sus operaciones. Y eso tiene un rol vital en la descarbonización de sus clientes», afirmó en Texas el líder de la cumbre del clima de este año, la COP 28, el emiratí Sultan Al Jaber.

Tras la crisis generada por la pandemia y la invasión rusa de Ucrania, el mundo busca recuperarse con una industria aún de matriz energética clásica, y no todos tienen recursos para transformarla.

«No hay una bala de plata», resumió Sanjiv Lamba, presidente de la química Linde. «No todos los países pueden al mismo tiempo gestionar la inflación, la seguridad energética y el acceso a la energía», explicó.

Estados Unidos, el mayor productor de petróleo y segundo mayor emisor de CO2 a nivel global, «será el líder mundial de estas transiciones», aseguró la secretaria de Energía, Jennifer Granholm, durante el evento en Houston.

Sostuvo que los millonarios subsidios de la administración de Joe Biden para proyectos de energía limpia a través de su plan IRA, son propuestas «irresistibles».

«Estamos en un maratón. (…) Creo que [el cambio] será más rápido que algunos de los otros que han tenido lugar, pero va a durar décadas», consideró Lorenzo Simonelli, presidente de la estadounidense Baker Hughes, que sirve a la industria del petróleo.

Mientras algunos, como Estados Unidos, China, India o Alemania se plantean liderar los cambios, otros van a la zaga.

«Houston, tenemos un problema», ironizó el presidente de la estatal petrolera malasia Petronas, Tengku Muhammad Taufik, citando la frase de un astronauta durante el accidentado viaje del Apolo 13 en 1970.

En Asia, los gobiernos «tienen la responsabilidad» de eliminar los subsidios al combustible que se dieron por el covid, pero «también deben permitir que las actividades económicas continúen a buen ritmo después de una pandemia», sostuvo.

«Si se mira todo desde un lente anglosajón, no va a funcionar», agregó Taufik. Asia no niega el cambio climático pero necesita objetivos que su sociedad pueda afrontar, dijo.

Para Taufik, no todos pueden replicar los millonarios subsidios que da Estados Unidos o aplicar el arancel de la Unión Europea a la importación de productos cuya producción implica gran volumen de emisiones.

En Sudamérica en tanto, Brasil no cree que las emisiones globales lleguen al cero absoluto.

«No es un cero, cero. (…) Van a coexistir diferentes fuentes de energía. Claro que habrá reducción, pero seguiremos viendo consumo de combustibles fósiles en el futuro», estimó Rafael Chaves, jefe de Sustentabilidad de la petrolera estatal brasileña Petrobras.

Para la secretaria de Energía de Argentina, Flavia Royon, la transición es una oportunidad para América Latina, con sus recursos naturales. «Pero las economías más desarrolladas, que tienen carbón en su matriz, tienen que plantear cómo van a ayudar a la financiación», consideró.

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