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La inflación se impone a los riesgos financieros en las prioridades de la política monetaria

A pesar de las advertencias generalizadas sobre los riesgos económicos que plantean las tensiones recientes en el sector bancario, los responsables de la política monetaria mundial mantienen su atención en la inflación y en la necesidad de seguir subiendo los tipos de interés para controlarla.

El llamamiento a la cautela procede tanto de los altos responsables del Fondo Monetario Internacional, preocupados por una quiebra mundial mientras los mercados de bonos emiten señales de recesión, como de los propios dirigentes monetarios, que afirman estar vigilando los datos bancarios y el estado de ánimo de los ejecutivos del sector en busca de señales de problemas.

Aun así, tres de los cuatro principales bancos centrales del mundo se preparan a subir los tipos de interés en su próxima reunión, un paso que los mercados estadounidenses apuestan que sentará las bases para recortar los costes de los préstamos poco después, cuando llegue la recesión.

En su último informe Perspectivas de la Economía Mundial, los responsables del FMI recortaron el martes sus previsiones de crecimiento mundial, pero afirmaron que existen escenarios «plausibles», derivados de las quiebras recientes de Silicon Valley Bank y Signature Bank en EEUU y de la fusión forzosa de Credit Suisse, que podrían recortar aún más el crecimiento, mientras que problemas bancarios más graves y una mayor restricción del crédito podrían dejar a la economía mundial totalmente estancada.

Por el contrario, los responsables de la política monetaria, incluso tras las recientes tensiones financieras, parecen dispuestos a tomar más medidas para combatir una inflación elevada que siguen considerando el mayor riesgo.

Huw Pill, economista jefe del Banco de Inglaterra, dijo la semana pasada que «la responsabilidad sigue recayendo en garantizar un endurecimiento monetario suficiente para llevar a cabo la tarea y devolver la inflación al objetivo de forma sostenible», y advirtió que los riesgos de inflación estaban «sesgados significativamente al alza».

Aunque la inflación general en el Reino Unido se preparaba a bajar tras superar el 10%, la tasa más alta del mundo desarrollado, Pill dijo que la «posible persistencia de la inflación generada internamente» seguía siendo un obstáculo para alcanzar el objetivo del 2%.

Un dilema similar está surgiendo en Europa y Estados Unidos, partes del mundo que comparten un objetivo de inflación del 2% y la sensación de que el ritmo subyacente de aumento de los precios se ha estancado en un nivel muy superior a ese.

El caso atípico sigue siendo Japón, donde la inflación y el crecimiento salarial, estancados desde hace tiempo, solo ahora muestran indicios incipientes de cambio. El gobernador del Banco de Japón, Kazuo Ueda, subrayó el lunes en su rueda de prensa inaugural la necesidad de mantener una política monetaria ultraexpansiva para ayudar a alcanzar de forma sostenible el objetivo de inflación del 2%.

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