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Las aerolíneas elogian el combustible ecológico pero se preguntan quién pagará

Un combustible más ecológico es la única forma de que las aerolíneas cumplan los estrictos objetivos mundiales de emisiones de carbono, según han acordado los ejecutivos reunidos esta semana en Dublín, pero hay poco consenso sobre quién debe pagar la cuantiosa factura necesaria para aumentar la producción.

El combustible de aviación sostenible (SAF, por sus siglas en inglés), que utiliza materias primas como el aceite de cocina para reducir las emisiones hasta en un 80% respecto al combustible convencional, se considera el salvador en términos de emisiones de carbono para un sector de la aviación a menudo tachado de villano en la lucha contra el cambio climático.

Sin embargo, esta industria naciente representa menos del 1% del combustible utilizado y cuesta entre tres y cinco veces más que el combustible tradicional para aviones.

Esto ha suscitado un debate sobre si los Gobiernos, las aerolíneas o los productores de petróleo —o una combinación de los tres— deberían financiar la expansión de la producción necesaria para alcanzar el objetivo propuesto por la Unión Europea del 20% de aquí a 2035.

Aengus Kelly, consejero delegado del gigante de arrendamiento AerCap, afirmó que la única opción era el SAF, pero hizo referencia a una estimación según la cual la transición podría requerir una inversión de 1,5 billones de dólares en 30 años.

«Es un coste extraordinario», dijo en la conferencia Airline Economics, uno de los dos eventos anuales que reúnen a los mayores propietarios de aeronaves del mundo.

«El Estado no lo hará todo. Eso no va a ocurrir».

Willie Walsh, director de la IATA (Asociación Internacional de Transporte Aéreo), declaró que las compañías aéreas no deben esperar que los productores tradicionales de petróleo satisfagan las necesidades del sector.

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