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Opinión: Cómo formar equipos exitosos con talentos individuales

¿Puede un plantel de estrellas terminar estrellado? ¿Cuántas veces hemos visto equipos de fútbol repletos de figuras que no lograron ganar tres partidos seguidos? ¿Cuántas películas con elencos de grandes actores fueron un fracaso de taquilla? ¿Cuántos gobiernos formaron equipos económicos de gurúes y terminaron en la ruina?

En diferentes ámbitos se da un dilema similar: cómo lograr que los integrantes de excelencia de un grupo se integren y complementen y que el brillo de cada talento esté alineado con los objetivos de la organización. La consigna es sencilla, pero el proceso es complejo: cómo transitar de un plantel de estrellas a un equipo estelar.

Hace poco tiempo, el CEO de una empresa tecnológica se acercó a mí con un dilema concreto: a través de una firma de headhunters (“caza talentos”) había contratado a varios ejecutivos de prestigiosa trayectoria, sin embargo, los resultados de negocio no estaban dando los frutos que esperaba. También el director artístico de un importante medio de comunicación masiva me hizo un planteo similar: pese a incorporar a su grilla a varias luminarias, el rating seguía estancado.

Para volver al ejemplo del fútbol, un DT de un club de fútbol de Primera División me confió: “Tenemos un enorme reto, incorporamos a muchos de los mejores talentos del mercado; a partir de ahora hay que trabajar en transformar ese plantel de excelentes jugadores en un equipo que trascienda y sea recordado por mucho tiempo”.

El desafío, claramente, más allá de ser una compañía de tecnología, un medio de comunicación o una institución deportiva es exactamente el mismo: cómo transitar de un conjunto de estrellas a un equipo estrella.

Un análisis en profundidad sobre el tema, publicado oportunamente por los profesores de la Universidad de Harvard Boris Groysberg, Ashish Nanda y Nitin Nohria en la revista Harvard Business Review, indagó en los procesos que se generan luego de varios fichajes-estrella. El artículo —bajo el nombre de The Risky Business of Hiring Stars, investiga qué ocurre cuando el brillo de esos talentos, provenientes de diversas organizaciones, se opaca abruptamente, lo cual genera que se desempeñen muy por debajo de sus anteriores niveles de logro.

En el análisis se destacó que, al incorporarse a una nueva empresa, esos ejecutivos descubren que las transiciones son bastante más difíciles de lo que anticiparon. Deben aprender los procedimientos, relaciones y subculturas, e interactuar con distintas personalidades. Además, muchas veces sus colegas, resentidos con el recién llegado y con su salario, los evitan, les ocultan información y se niegan a cooperar.

La conclusión es que contratar a individualidades exitosas no siempre genera un éxito inmediato en la organización, sino que, para llegar a buen puerto, esos talentos dependen de múltiples factores pre-existentes en la propia empresa, tales como sus recursos, capacidades, sistemas, procesos, liderazgos previos y redes internas.

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