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Una exempleada de Facebook describe mala conducta en la cúpula

La editorial de Careless People guardó en secreto la existencia de este libro hasta hace unos días, y sin duda, hubo una razón fundamental para ello. La autora, Sarah Wynn-Williams, exdirectora de políticas públicas globales de Facebook (hoy Meta), ofrece una visión interna de la compañía que desafía las apariencias y revela las tensiones de una empresa que, en su opinión, fue dirigida por líderes egocéntricos y ávidos de estatus, cuyas decisiones ayudaron a convertir la plataforma en un caldo de cultivo para la desinformación y las relaciones con regímenes autoritarios.

El libro, a la vez sombrío y cautivador, se presenta como un retrato detallado de una de las corporaciones más poderosas del mundo. Wynn-Williams no escatima en detalles y, al mismo tiempo, ofrece un relato tan vívido que su descripción de Facebook no dejará indiferente a sus antiguos jefes. La autora, que estuvo siete años en la compañía, nos permite un acceso sin precedentes a la política interna de Facebook, en especial a sus figuras más prominentes: Mark Zuckerberg y Sheryl Sandberg, quienes en el relato son presentados como los equivalentes de Tom y Daisy, los “careless people” de El Gran Gatsby, aquellos que destruyen sin importarles las consecuencias.

La historia de Wynn-Williams en Facebook comienza con un entusiasmo idealista. Convencida de que la plataforma cambiaría el mundo, la exdiplomática neozelandesa se une a la empresa, seducida por la posibilidad de contribuir a una “gran herramienta política”. Su visión, sin embargo, se desmorona con el paso de los años. La política interna, la obsesión por el estatus y la creciente ineficacia de los líderes de la empresa la llevan a una desilusión amarga.

El cambio de Zuckerberg, descrito por Wynn-Williams como una transformación en busca de adulación, es uno de los aspectos más sorprendentes del libro. En una gira por Asia, por ejemplo, se le pide a la autora organizar un evento masivo para que Zuckerberg sea “gentilmente acosado”, lo que refleja una necesidad de aprobación fuera de lugar. Además, la revelación de sus comentarios sobre Andrew Jackson, un presidente estadounidense controvertido, añade una capa de desconcierto sobre la evolución de su liderazgo.

Por otro lado, la imagen de Sheryl Sandberg, quien en sus primeros años era admirada por Wynn-Williams, pronto se desmorona. La autora descubre las contradicciones entre el mensaje público de feminismo corporativo de Sandberg y las reglas tácitas de obediencia y cercanía que ella imponía dentro de Facebook. En un pasaje inquietante, Wynn-Williams describe cómo Sandberg no solo se involucra en situaciones incómodas, sino que también cruza límites personales, en episodios como el de un vuelo en el que se apodera de la única cama disponible en un jet privado y exige repetidamente que la autora se le uniera.

Pero no solo Sandberg es protagonista de momentos inquietantes. Joel Kaplan, vicepresidente de política estadounidense de Facebook, quien también tiene un historial polémico, es otro de los personajes que protagonizan situaciones perturbadoras. Desde comentarios inapropiados hasta el acoso persistente durante la baja por maternidad de Wynn-Williams, Kaplan es un claro ejemplo de los problemas de límites que, según la autora, estaban presentes en la compañía.

Careless People no es solo una crónica personal, sino una crítica aguda a las dinámicas de poder que rigen Facebook. Wynn-Williams ofrece una advertencia sobre los peligros de un entorno donde los ideales y las promesas se ven rápidamente desplazados por la ambición, el poder y el egocentrismo. Su relato, tan impactante como divertido en su desolación, revela una cultura corporativa tóxica que, en última instancia, contribuyó al declive de una de las plataformas más influyentes del mundo.

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