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Los 7 tipos mas comunes de jefes tóxicos.

Al entrar a una empresa existen muchas expectativas, te encuentras muy emocionado porque has pasado el proceso de solicitud y entrevista. Pero al comenzar tus labores y con el paso de los días te vas dando cuenta de ciertas actitudes, tu jefe no es lo que esperabas. 

No es algo raro encontrarse con distintos tipos de temperamento o con personalidades distintas a la tuya. Pero hay una línea que divide el choque de personalidad con alguien tóxico. 

Los colaboradores que abandonan una empresa lo hacen debido a sus gerentes. Las personas renuncian a las personas, no a las empresas; muchas veces se debe a la falta de liderazgo del mismo.

Los malos jefes o jefes tóxicos contaminan los lugares de trabajo. Algunos lo hacen de manera abierta, mientras que otros manipulan a sus empleados para usarlos como simples instrumentos de su propio éxito.

Sin importar cuáles sean sus métodos, los llamados jefes tóxicos causan daños irreversibles a sus compañías y empleados al impedir que se desempeñen con todo su potencial y al generar estrés innecesario.

Estos son los seis tipos más comunes de jefes tóxicos.

1. El “cuate” inapropiado

Es el jefe que es demasiado amigable y no en la manera que podría ayudar a formar un buen equipo de trabajo. Te invita a salir a beber fuera del horario de trabajo y es chismoso. Usa su influencia para hacer amigos a costa de su trabajo. Tiene empleados favoritos y crea divisiones en entre los trabajadores que generalmente se frustran por el desbalance de atención y respeto. No puede tomar decisiones fuertes como despedir a aquellos que necesitan ser despedidos (a menos de que sean personas que le desagraden).

 

2. El micromanager

Este tipo de jefe te hace sentir que estás bajo vigilancia constante. Es la clase de personas que si te dice que tu letra podría mejorar, se espera hasta la salida para tirar tus lápices y remplazarlos por lapiceros para que puedas escribir mejor.  Es capaz de devolverte un reporte de 20 páginas porque usaste un clip en lugar de una grapa.  El micromanager pone demasiada atención a los pequeños detalles y su constante vigilancia hace que sus empleados se sientan desilusionados, frustrados e incluso incómodos.

3. El tirano

Este jefe utiliza tácticas maquiavélicas para alimentar su ego constantemente. Su preocupación primaria es mantener el poder y manipulará e intimidará a quien sea necesario para lograrlo. El tirano cree que sus empleados son una pandilla de piratas que está dentro de su barco. Clasifica a las personas en su cabeza y las trata de acuerdo a su propio juicio: aquellos empleados que desafían su forma de pensar son el enemigo que busca provocar un motín. Quienes lo apoyan se convierten en “primeros almirantes”, mientras que quienes no se desempeñan tan bien como deberían son condenados a “lavar la cubierta y tallar las letrinas”.

4. El incompetente

Este jefe fue promovido con prisa o contratado sin saber si era capaz de llevar el puesto. No es que sea un completo inútil, pero en su equipo hay personas que han estado en la compañía por más tiempo y tienen la información y las habilidades de las que él carece.

5. El robot

En la mente del robot tú eres el empleado número 72 que genera una producción de nivel 84 y tiene una experiencia de 91 puntos. Este jefe toma decisiones en base a números y cuando es forzado a tomar acción sin contar con las cifras necesarias, se autodestruye. No hace esfuerzo alguno para conectarse con sus empleados y sólo se fija en los porcentajes para decidir quién es valioso y quién no.

6. El visionario

La fuerza de este jefe se basa en sus ideas o innovaciones. Sin embargo, carece del liderazgo necesario para implementar estos planes. Cuando llega el momento de ejecutar una de sus grandes ideas, él ya está planeando algo más y te deja a ti averiguar cómo lograr que su visión original sea una realidad.

7. El jefe gaviota

Todos hemos tenido un jefe así: el que siempre está ausente y un día decide que es tiempo de trabajar, hace algunos cambios al proyecto en turno y se enojan cuando no entienden el progreso del mismo. En lugar de tomarse el tiempo para ver los hechos y trabajar de la mano con su equipo, el jefe gaviota sólo arroja un montón de consejos formuláicos y luego se desentiende del trabajo.  De hecho, los jefes gaviota sólo interactúan con sus empleados cuando hay que solucionar una crisis y muchas veces hacen que la situación sea peor al no saber trabajar con su equipo.

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