La región de Latinoamérica enfrenta un aumento alarmante en ciberincidentes, con un crecimiento anual del 25 %, de acuerdo con un reciente informe del Banco Mundial. El reporte señala que la combinación de una creciente digitalización, el uso masivo de dispositivos IoT (Internet de las Cosas) y la insuficiente inversión en ciberseguridad ha convertido a la región en un blanco atractivo para los ciberdelincuentes.
Factores de riesgo
Uno de los principales puntos débiles destacados en el informe es la falta de regulaciones específicas en materia de ciberseguridad. Muchos países de la región carecen de marcos legales sólidos para proteger a las organizaciones y ciudadanos frente a las amenazas cibernéticas, lo que dificulta una respuesta efectiva ante ataques.
Además, la baja inversión en infraestructura de ciberseguridad deja a empresas e instituciones vulnerables frente a ataques como ransomware, phishing y el robo de datos sensibles. Según el Banco Mundial, mientras las economías avanzadas destinan entre el 10 % y el 15 % de su presupuesto tecnológico a ciberseguridad, en Latinoamérica esta cifra apenas alcanza el 5 %.
Impacto de la digitalización y el IoT
El crecimiento exponencial en la adopción de dispositivos IoT en la región también ha ampliado la superficie de ataque para los ciberdelincuentes. Desde dispositivos domésticos conectados hasta sistemas industriales, la falta de medidas de seguridad adecuadas en estos equipos representa una puerta de entrada para posibles ataques.
Por otro lado, la rápida digitalización de servicios, impulsada por la pandemia y la transformación tecnológica, ha acelerado el desarrollo de economías digitales, pero muchas veces sin priorizar la ciberseguridad como un eje fundamental.
Recomendaciones del Banco Mundial
El informe insta a los gobiernos de la región a implementar políticas públicas robustas para fortalecer la ciberseguridad, fomentar la colaboración internacional y aumentar la inversión en tecnología de prevención y detección de amenazas. También se destaca la importancia de capacitar a la población en ciberhigiene y de establecer alianzas público-privadas para crear un ecosistema digital más seguro.
Con el aumento de los ataques cibernéticos, la seguridad digital ya no es un lujo, sino una necesidad urgente para proteger tanto a los ciudadanos como a las economías de la región. El reto ahora es equilibrar la digitalización con la implementación de medidas de seguridad que estén a la altura de los desafíos actuales.