Por: Comercio y Negocios
El Salvador atraviesa en 2025 un periodo de profundas transformaciones económicas que marcan un punto de inflexión en su historia reciente. Desde acuerdos financieros internacionales hasta reformas estructurales internas, el país busca consolidar su estabilidad macroeconómica y fomentar un crecimiento inclusivo y sostenible. A continuación, se detallan cinco cambios económicos significativos que están redefiniendo el panorama de la economía en El Salvador.

- Acuerdo Histórico con el FMI: Un Nuevo Rumbo Fiscal
El 26 de febrero de 2025, el Fondo Monetario Internacional (FMI) aprobó un acuerdo de Servicio Ampliado del Fondo (SAF) por 40 meses, otorgando a El Salvador acceso a aproximadamente $1.4 mil millones. Este programa tiene como objetivo fortalecer las finanzas públicas, acumular reservas externas y mejorar la gobernanza y transparencia. El acuerdo también aborda los riesgos asociados al uso del bitcoin en el país.
Como parte del programa, se espera una mejora del saldo primario del 3.5% del PIB en tres años, respaldada por una racionalización de la masa salarial y medidas para aumentar los colchones de reserva y reforzar la estabilidad financiera.
- Reversión del Bitcoin como Moneda de Curso Legal
En 2025, El Salvador retiró al bitcoin su condición de moneda de curso legal, casi tres años después de su adopción. Esta decisión fue parte de las reformas necesarias para acceder al crédito del FMI. La aceptación del bitcoin por parte del sector privado es ahora voluntaria, y el gobierno ha limitado su participación en actividades relacionadas con la criptomoneda.
Aunque el gobierno continúa promoviendo la inversión en activos digitales, la medida busca reducir los riesgos financieros y mejorar la transparencia en el manejo de estos activos.
- Impulso a la Minería Metálica: Potencial Económico y Controversia Ambiental
Después de siete años de prohibición, en diciembre de 2024, El Salvador aprobó una nueva ley que permite la minería metálica. El Estado será el único responsable de llevar a cabo todas las actividades mineras, y se prohíbe el uso de mercurio. El presidente Nayib Bukele destacó el potencial económico de esta medida, mencionando que solo en el 4% de un área potencial se encontraron recursos valorados en $131,000 millones.
Sin embargo, la ley ha sido fuertemente criticada por ecologistas y ha generado protestas debido a preocupaciones sobre el impacto ambiental y en las comunidades locales.
- Fortalecimiento de Reservas Internacionales y Estabilidad Financiera
La agencia calificadora Fitch Ratings considera que el acuerdo con el FMI, junto con el financiamiento adicional de organismos multilaterales y un manejo adecuado del déficit, fortalecerán las reservas del Banco Central de Reserva (BCR). Se estima que las reservas alcanzarán $4,400 millones en 2025, lo que mejorará la capacidad de pago de la deuda a corto plazo.
Además, se espera que las reservas de liquidez del sistema bancario aumenten del 11.5% al 15% de los depósitos para finales del segundo semestre de 2026, impulsando la estabilidad financiera del país.
- Inversiones en Infraestructura y Educación: Bases para el Desarrollo Sostenible
El gobierno salvadoreño ha lanzado iniciativas significativas en infraestructura y educación para fomentar el desarrollo sostenible. El 25 de febrero de 2025, se colocó la primera piedra del Aeropuerto del Pacífico, con un presupuesto asignado de $386.5 millones para la Fase 1. Se espera que la aerolínea Avianca opere en estas instalaciones desde el primer día de funcionamiento.
En el ámbito educativo, el gobierno anunció el programa «Dos Escuelas por Día», que contempla intervenciones integrales en infraestructura escolar, incluyendo renovación estructural completa, conexión a internet y energía solar. Además, se implementó un amplio programa nacional de becas, las Becas Roque Dalton, dirigido a jóvenes que aspiren a cursar estudios superiores o técnicos.
El Salvador está experimentando un periodo de transformación económica sin precedentes en 2025. A través de acuerdos internacionales, reformas estructurales y fuertes inversiones en infraestructura y educación, el país busca consolidar su estabilidad macroeconómica y fomentar un crecimiento inclusivo y sostenible. Si bien estos cambios presentan desafíos, también ofrecen oportunidades significativas para el desarrollo y la prosperidad futura de El Salvador.