Comercio & Negocios

Construcción impulsa un nuevo ciclo de expansión económica en el país

La dinámica del sector construcción se consolida como uno de los principales motores del crecimiento económico en El Salvador, respaldada por una proyección extraordinaria de inversiones públicas y privadas. La Oficina de Planificación del Área Metropolitana de San Salvador (Opamss) estima que al cierre de 2025 se habrán liberado proyectos valorados en alrededor de $5,000 millones, y anticipa que esta cifra podría incrementarse hasta los $8,000 millones para 2026, marcando un nuevo techo en la actividad edificadora del país.

El comportamiento del mercado confirma este auge. Datos de la Cámara Salvadoreña de la Construcción (Casalco) señalan que la industria atraviesa su mejor etapa en más de una década, con una movilización de capital que oscila entre $2,800 millones y $3,000 millones. Este volumen representa un crecimiento significativo frente a los indicadores de 2018, cuando la inversión rondaba los $800 millones. El incremento, de más de tres veces y media, evidencia un entorno de mayor dinamismo empresarial, acompañado por un renovado apetito inversionista en proyectos habitacionales, comerciales y de infraestructura estratégica.

Este impulso también se refleja en las estadísticas macroeconómicas. Durante el segundo trimestre de 2025, la construcción reportó un crecimiento interanual de 33.8 %, la segunda tasa más alta desde 2005. Solo fue superada por el repunte extraordinario del segundo trimestre de 2021, cuando el sector experimentó un crecimiento del 48.12 % en el marco de la recuperación posterior a la pandemia de covid-19.

Analistas del rubro señalan que este repunte surge de la combinación entre una mayor agilidad en la aprobación de proyectos, mejoras regulatorias y un incremento sostenido en la demanda de vivienda y espacios comerciales. A esto se suma el avance de obras públicas de gran escala, que continúan generando empleo y estimulando encadenamientos productivos.

De mantenerse esta tendencia, la construcción podría cerrar 2025 como una de las actividades con mayor aporte al producto interno bruto, consolidándose como una pieza clave en la transformación económica del país y en la atracción de nuevas inversiones para los próximos años.

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