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Depósitos bancarios en El Salvador superan los $18,000 millones y reflejan confianza en el sistema financiero

Los depósitos bancarios en El Salvador alcanzaron los $18,193 millones a junio de 2025, lo que representa un crecimiento interanual del 15.9 %, de acuerdo con datos de la Asociación Bancaria Salvadoreña (ABANSA). Esta cifra marca un nuevo récord en el sistema financiero nacional y consolida la tendencia de expansión observada en los últimos años.

El dinamismo en los depósitos está estrechamente vinculado a tres factores clave: el aumento sostenido en el flujo de remesas familiares, que continúa siendo uno de los principales motores de la economía salvadoreña; la entrada de divisas asociadas al turismo, que ha experimentado un auge impulsado por la estrategia de promoción internacional del país; y el incremento del salario mínimo, que ha permitido a más familias destinar parte de sus ingresos al ahorro formal.

Además del crecimiento en depósitos, los indicadores de solidez del sistema bancario se mantienen favorables. La morosidad de los préstamos se redujo a 1.52 %, un nivel bajo en comparación con estándares regionales y que refleja tanto una mejor gestión de riesgos como una recuperación en la capacidad de pago de los clientes. Paralelamente, las entidades financieras reportan niveles de solvencia, liquidez y provisiones por incobrabilidad superiores a los requeridos por la normativa local y por los parámetros recomendados por el Fondo Monetario Internacional (FMI).

El desempeño del sistema bancario es particularmente relevante en un contexto donde la estabilidad financiera es clave para sostener la inversión y el crecimiento económico. La capacidad de los bancos para captar depósitos y, a la vez, mantener una baja morosidad fortalece la intermediación financiera, es decir, la transformación de los ahorros en créditos para el consumo, la vivienda y la actividad empresarial.

Expertos coinciden en que el aumento de depósitos no solo evidencia confianza de los ciudadanos en las instituciones financieras, sino que también plantea retos para canalizar de manera productiva esos recursos hacia sectores estratégicos que potencien la economía nacional.

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