El precio del oro ha alcanzado un nuevo máximo histórico, cotizándose a US$ 2,687.30 la onza. Este incremento se atribuye a un aumento significativo en la demanda por parte de los bancos centrales de todo el mundo, que están diversificando sus reservas en medio de un entorno económico incierto.
Analistas del mercado han señalado que la creciente preocupación por la inflación y la inestabilidad económica han llevado a muchos inversores a buscar refugio en activos seguros como el oro. La reciente tendencia de acumulación por parte de los bancos centrales refuerza la percepción del oro como un valor de resguardo eficaz frente a las fluctuaciones del mercado.
Con este nuevo récord, el oro no solo se consolida como un activo de inversión atractivo, sino que también refleja las dinámicas cambiantes de la economía global. La expectativa es que esta tendencia continúe, impulsada por factores geopolíticos y económicos que fomentan la incertidumbre en los mercados financieros.