Comercio & Negocios

El Salvador necesita un nuevo modelo de desarrollo económico, según sociedad civil

La Fundación para el Desarrollo de Centroamérica (FUDECEN), el Colegio de Profesionales en Ciencias Económicas (COLPROCE), la Red de Ambientalistas Comunitarios de El Salvador (RACDES) y el Centro para la Defensa del Consumidor (CDC) han identificado la necesidad urgente de abandonar el actual modelo de desarrollo neoliberal. Según estas organizaciones, dicho modelo ha beneficiado a una pequeña élite a costa de los derechos económicos, sociales, ambientales y políticos de millones de salvadoreños.

Estas entidades proponen un nuevo conjunto de acciones en las siguientes áreas clave:

  1. Transformación Estructural y Reducción del Déficit Comercial: Acelerar la diversificación económica para reducir el déficit comercial y de cuenta corriente.
  2. Autonomía Económica de Mujeres y LGBTQI+: Promover la inclusión y equidad económica para mujeres y personas LGBTQI+.
  3. Política Fiscal Justa: Implementar una política fiscal que garantice los derechos económicos, sociales y culturales.
  4. Seguridad Financiera: Fortalecer la red de seguridad financiera para proteger a los ciudadanos en tiempos de crisis.
  5. Resiliencia Climática: Mejorar la capacidad de adaptación al cambio climático y reducir la vulnerabilidad a desastres naturales.

El informe de las organizaciones subraya siete trampas que han mantenido a El Salvador en un ciclo de bajo desarrollo:

  1. Bajo Crecimiento Económico: La falta de transformación productiva y baja productividad han estancado el crecimiento económico.
  2. Discriminación Sistémica: Normas y prácticas que perpetúan la discriminación contra mujeres, pueblos originarios, jóvenes y la comunidad LGBTQI+.
  3. Desigualdad y Pobreza: Elevados niveles de desigualdad y pobreza que dificultan la movilidad social y económica.
  4. Desequilibrios Comerciales: Amplios déficits comerciales y de cuenta corriente debido a una baja competitividad.
  5. Fiscalidad Regresiva y Deuda: Un sistema tributario regresivo y elevados niveles de deuda que comprometen los derechos sociales.
  6. Inestabilidad Financiera: Altos riesgos financieros debido a la alta inversión en deuda pública y el endeudamiento privado.
  7. Vulnerabilidad Climática: Alta exposición a fenómenos naturales exacerbada por el cambio climático.

Entre 2022 y 2023, El Salvador ha experimentado un crecimiento económico del 2.8% y 3.5%, impulsado principalmente por el consumo de los hogares y la inversión privada y pública. Sin embargo, sectores como la industria manufacturera han visto una caída en su crecimiento, con una disminución de -1.6% y -3.4%.

A pesar de un ciclo expansivo desde 2021, el Fondo Monetario Internacional proyecta un crecimiento económico promedio del 2.3% entre 2025 y 2029, uno de los más bajos de la región centroamericana. Las tasas de pobreza relativa (21.1%) y extrema (9.3%) han alcanzado niveles alarmantes, y el 1% de la población más rica ha capturado el 25% de la riqueza total de los hogares desde 2018.

El Salvador enfrenta un reto significativo para transformar su estructura económica y del empleo. La economía sigue dominada por el sector servicios, que representó el 64% del PIB en 2023, mientras que la agricultura, silvicultura y pesca apenas aportaron el 4.6%. Además, el déficit comercial, que ha promediado el 21.5% del PIB entre 2020 y 2023, se ha compensado principalmente con remesas familiares.

El llamado de estas organizaciones es claro: El Salvador necesita un cambio profundo hacia un modelo de desarrollo más inclusivo y sostenible. Adoptar estas propuestas podría ser clave para superar las trampas económicas actuales y asegurar un futuro próspero y equitativo para todos los salvadoreños.

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