La innovación y la visión ampliada han sido pilares fundamentales para el éxito de la Asociación Cooperativa Fresas de Apaneca, un ejemplo destacado en el ámbito de los cultivos no tradicionales en El Salvador. Hace 12 años, la cooperativa decidió aventurarse en el mundo de las fresas, pero su visión no se limitó a una sola fruta. Hoy en día, la producción se ha diversificado con la inclusión de zarzamoras, arándanos y frambuesas, convirtiéndose en frutas altamente demandadas y rentables en el mercado.
Gustavo Melgar, presidente de Fresas de Apaneca, compartió sobre esta evolución: «Decidí diversificar los cultivos y quise intentar con fresas. Al ver que es una producción rentable, también aposté al cultivo de zarzamoras, arándanos y frambuesas. Puedo decir que El Salvador tiene la capacidad, el suelo y el clima para estos cultivos».
La apuesta por la diversificación ha resultado en un rotundo éxito para la cooperativa. La calidad y frescura de sus productos han generado una demanda creciente tanto a nivel nacional como internacional. Además, la estratégica ubicación del AgroMercado de Santa Tecla ha sido clave para la comercialización de su producción, permitiéndoles un mayor reconocimiento y acceso a nuevos clientes y mercados interesados en los cultivos no tradicionales, con un énfasis particular en las fresas.
El impacto económico y social de esta iniciativa es notable, ya que ha contribuido a generar mayores ingresos para los agricultores asociados y ha fortalecido la economía local. La Asociación Cooperativa Fresas de Apaneca no solo ha demostrado su capacidad para adaptarse y prosperar en un mercado cambiante, sino que también ha destacado el potencial que posee El Salvador para la producción de cultivos no tradicionales, consolidándose como un referente en la industria agrícola del país.