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OMC advierte la promoción de la sostenibilidad ambiental en el comercio global

El último reporte sobre Comercio Global de la Organización Mundial del Comercio (OMC), publicado a mediados de septiembre, propone impulsar la reglobalizacion del comercio en un escenario de posicionamiento de narrativas a favor de la fragmentación y la búsqueda de la independencia comercial de las economías.

En ese contexto, el reporte –titulado “Informe sobre el comercio mundial 2023 : Reglobalización para un futuro seguro, inclusivo y sostenible“– reconoce el impacto que tiene el comercio global en la sostenibilidad ambiental del planeta. Menciona, entre otros datos, que dos tercios de las emisiones de Gases de Efecto Invernaderos (GEI) del comercio global están asociadas a la producción y un tercio al transporte. Y que solo el transporte genera 25% de los GEI globales. Anota asimismo que las emisiones directas del comercio global de bienes y servicios, de carga y pasajeros, representan el 10% de los GEI del planeta. Y no solo eso. Advierte asimismo que un tercio de las emisiones por deforestación están relacionadas con el comercio internacional

Aun así, el informe repara que la narrativa de la fragmentación comercial existente genera riesgos para la sostenibilidad ambiental.

¿Qué discursos de fragmentación existen? El reporte apunta tres. En primer lugar, se postula que la globalización es parte del problema y vuelve a las economías más débiles y vulnerables, haciéndolas más eficientes que resilientes y exponiéndolas a riesgos y proveedores extranjeros no confiables.

En segundo lugar, otro argumento es el que llama a establecer cadenas de abastecimiento de cercanías (el conocido ‘near shoring’) o dividir la economía global en bloques y esferas de influencia económica, a través de cooperación entre países con similares líneas de pensamiento.

La tercera narrativa que anota el informe es aquella que apoya las estrategias de industrialización estatal directa, subsidios, tarifas de sustitución de inversiones y las restricciones a las exportaciones e inversiones. El fin de estas acciones es –según esta narrativa– promover la autosuficiencia nacional, aumentar la resiliencia económica y generar trabajos manufacturero local y reducir los riesgos geoeconómicos.

El reporte señala que la interrelación entre el comercio y la sostenibilidad ambiental es compleja. Mientras el comercio induce el crecimiento, reubicación de la producción entre las economías y el cambio de la tecnología de producción y genera emisiones de gases de efecto invernadero, también puede ayudar a incrementar la disponibilidad de bienes y servicios ambientales.

De otro lado, al ser la sostenibilidad ambiental una problemática global, según el reporte de la OMC, la fragmentación comercial es menos efectiva para atenderla. Al respecto señala que esto podría llevar a una acción climática débil e ineficiente y podría desincentivar la difusión de tecnología necesaria para mitigar los efectos del cambio climático.

En ese sentido, el reporte destaca como aspecto clave que la reglobalización entendida como un aumento de la cooperación e integración internacional– podría generar dividendos ambientales, porque alentará el comercio “verde” y permitirá una gobernanza comercial y ambiental más integrada.

El reporte sugiere a los gobiernos impulsar una serie de políticas para luchar contra el cambio climático y otras preocupaciones ambientales y así evitar fallas de mercado.

Entre estas, menciona:

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