El Salvador adoptó el dólar estadounidense como moneda oficial, desplazando rápidamente al colón salvadoreño. Sin embargo, la introducción del bitcoin en septiembre de 2021 no ha tenido el mismo impacto. A tres años de su adopción, una de las apuestas económicas más audaces del presidente Nayib Bukele sigue generando dudas sobre sus beneficios y a quiénes realmente ha favorecido.
La ley bitcoin fue aprobada con tres objetivos principales: reducir los costos de envío de remesas, fomentar la inclusión financiera y crear una reserva estratégica para futuras crisis. Además, se esperaba que la medida atrajera inversión y promoviera el turismo. Sin embargo, en una reciente entrevista con la revista Time, Bukele admitió que el “bitcoin no ha tenido la adopción que esperábamos”, aunque señaló que “todavía hay tiempo para hacer algunas cosas”.

Remesas: Un impacto mínimo
Alfonso Goitia, miembro de la junta directiva del Colegio de Profesionales en Ciencias Económicas (Colproce), indicó que el impacto del bitcoin en las remesas ha sido limitado. El Banco Central de Reserva (BCR) reportó que entre septiembre de 2021 y julio de 2024 se recibieron poco más de $303.8 millones en remesas a través de billeteras digitales de criptomonedas. Esto representa menos del 1 % del total de remesas, ya que los salvadoreños en el exterior prefieren enviar dinero a través de empresas remesadoras o instituciones bancarias, que concentran más del 96 % de las transacciones.
Inclusión financiera: Un reto mayor
El acceso a la tecnología sigue siendo un obstáculo para la inclusión financiera. En un país donde solo cuatro de cada 10 ciudadanos tienen acceso a internet, el uso de monederos digitales se ha visto restringido. “El logro en este aspecto ha sido modesto, especialmente en sectores de bajos ingresos”, señaló Carlos Acevedo, expresidente del BCR.
Además, Acevedo indicó que quienes han logrado beneficiarse del bitcoin como inversión son personas con ingresos altos, que compraron cuando el valor de la criptomoneda era bajo. Por ejemplo, el precio del bitcoin oscilaba en los $49,000 en septiembre de 2021, y para este viernes alcanzaba los $53,500. Sin embargo, la volatilidad del bitcoin ha sido extrema, con picos de hasta $73,700 en marzo de 2024, y caídas por debajo de los $20,000.
A pesar de los esfuerzos del gobierno, incluyendo la creación de la Chivo Wallet con un bono de $30 para motivar su uso, muchos salvadoreños no han vuelto a utilizar la aplicación después de gastar ese dinero inicial.
Reservas en bitcoin: ¿Una inversión rentable?
El gobierno de Bukele ha invertido $135 millones en la compra de bitcoins, acumulando un total de 5,865.76 bitcoins, valorados en $312.8 millones al precio de mercado actual. Sin embargo, expertos como Goitia y Acevedo señalan que el gobierno debería ser más cauteloso al especular con dinero público. Acevedo enfatizó que, aunque las inversiones actuales muestran una ganancia, es crucial hacer un análisis financiero detallado para determinar si estos fondos podrían haber generado más valor en otras inversiones.
Futuro del bitcoin en El Salvador
El futuro del bitcoin en El Salvador sigue siendo incierto. Acevedo explicó que la adopción de la criptomoneda depende en gran medida de su evolución a nivel global. Si el precio del bitcoin sube, El Salvador podría beneficiarse, pero si cae, el país podría enfrentar serios problemas financieros. A su vez, el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha instado al gobierno a eliminar el carácter de curso legal del bitcoin, sugiriendo que se mantenga como una opción, pero no como una obligación.
Para Óscar Cabrera, presidente de la Fundación para el Desarrollo de Centroamérica (Fudecen), el bitcoin “pone en riesgo las finanzas públicas”, y pidió mayor transparencia en el manejo de los recursos destinados a esta estrategia. Goitia coincidió, argumentando que el bitcoin no tiene futuro como moneda de curso legal en El Salvador, ya que la mayoría de la población prefiere el dólar.
En conclusión, aunque el bitcoin fue presentado como una herramienta innovadora para impulsar la economía salvadoreña, su impacto ha sido modesto y ha beneficiado principalmente a una pequeña élite. La adopción a gran escala sigue siendo un reto, y el futuro de esta criptomoneda en El Salvador dependerá de su desempeño en los mercados internacionales.