Con un “crecimiento disímil” de los servicios 5G en América Latina y el Caribe, el gran desafío de la región es avanzar en la adopción de esta tecnología teniendo en la mira la economía digital que crece a nivel global. Una política fundamental, más allá de aumentar el espectro radioeléctrico disponible para servicios móviles o la reducción de las trabas burocráticas para el desarrollo de la infraestructura, es estimular “la compartición de infraestructura”, considera 5G Americas en un white paper de reciente publicación.
A julio de 2023, en la región se contaban unas 129 redes LTE y 28 redes 5G. Al final de 2022 existían 536 millones de líneas LTE y se proyectaba que los servicios 5G alcanzarían alrededor de 400 millones de conexiones para 2027, de acuerdo con datos de OMDIA, publicados por 5G Americas.
El documento señala que el desarrollo de infraestructura para cubrir la mayor parte de la población se reduce a cuatro o cinco ciudades importantes, y cuando se busca cubrir a todos los habitantes “es necesario un esfuerzo mayor. Llegar a estos sectores, que no siempre son rurales, sino que forman partes de pequeñas ciudades, zonas desfavorecidas, y centros productivos generalmente agrícolas y ganaderos, requiere de una infraestructura mayor”.
Por lo anterior, el documento estima importante que las autoridades consideren “la compartición voluntaria de infraestructura como una de las estrategias para que se puedan alcanzar mayores coberturas de servicios”.
La compartición entre operadores de comunicaciones móviles que cuentan con su propia red (MNO) puede darse en diferentes niveles. En lo que toca a infraestructura pasiva, está conformada por los sitios, torres y otras estructuras que son parte del sitio y los edificios.
También suele darse en el espectro radioeléctrico, pues los derechos de uso también pueden ser compartidos, incluso algunas administraciones permiten su mercado secundario.
Además se puede compartir la red de acceso radio (RAN). Conocida también como compartición activa, esta modalidad incluye los elementos pasivos y el uso del espectro. La red de transmisión es otra vía, donde la compartición alcanza a los elementos que proporcionan conexión en la red activa (backhaul y backbone). Y por el core de red, que incluye los elementos antes descritos que se combinan para ofrecer mejores servicios.
La Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) menciona que entre los beneficios de compartir la infraestrutcura está la reducción en los tiempos de la implantación de la red, el aumento en la calidad y disponibilidad de servicios, mejoras en la competencia y mayores beneficios para los usuarios, cita la investigación.
Para 5G Americas, esta compartición se presenta como “una alternativa para que las autoridades puedan reducir la brecha digital que existe en los diferentes mercados”, y para “alcanzar coberturas en las zonas alejadas de los grandes centros urbanos y rurales, así como también en geografías de difícil acceso, escasamente pobladas y desfavorecidas económicamente”.