El sector construcción en El Salvador continúa consolidándose como uno de los principales motores de la economía nacional. De acuerdo con estimaciones de la Cámara Salvadoreña de la Construcción (Casalco), la inversión en el rubro podría cerrar 2025 con $2,800 millones, siempre que se mantenga la dinámica registrada en el primer trimestre del año.
Durante los primeros tres meses de 2025, la construcción experimentó un crecimiento del 17.3 %, el más alto en siete trimestres, según, este desempeño permitió movilizar aproximadamente $685 millones en inversión en un solo trimestre, lo que proyecta un año de expansión sostenida para la industria.
De cumplirse las proyecciones, el monto de inversión superaría en $500 millones los resultados de 2024. Además, se prevé que la construcción, junto con las actividades inmobiliarias, represente cerca del 13.5 % del Producto Interno Bruto (PIB), consolidando su papel estratégico en el crecimiento económico.

El segmento habitacional se perfila como el principal impulsor de esta tendencia, con alrededor del 76 % de los proyectos en ejecución orientados a viviendas. La mayoría de estas iniciativas corresponden a desarrollos verticales en zonas urbanas, particularmente en el Área Metropolitana de San Salvador, lo que también contribuye a reducir el déficit habitacional que afecta al país.
El contexto actual ha favorecido el dinamismo de la industria. Factores como la mayor facilidad en la obtención de permisos de construcción, la estabilidad en materia de seguridad y recientes reformas legales —como la eliminación de la obligatoriedad de incluir parqueos en ciertos proyectos— han permitido mayor flexibilidad y reducción de costos en el desarrollo inmobiliario.
La proyección de $2,800 millones en inversión no solo implica un récord histórico para la construcción, sino que también representa un impacto positivo en la generación de empleo, la dinamización de sectores vinculados como el financiero y el de insumos, y un avance significativo en el acceso a vivienda. Con este escenario, el sector se posiciona como un pilar central para el crecimiento económico de El Salvador en 2025.