Las acciones de la tecnológica Oracle se hundieron este miércoles en las operaciones postmercado tras anunciar unos resultados trimestrales por debajo de las expectativas de Wall Street, en un contexto marcado por las dudas sobre el gasto en servicios en la nube y la escalada de inversiones para sostener su estrategia en inteligencia artificial (IA).
La compañía con sede en Austin (Texas) reportó en el primer trimestre fiscal 2026 ingresos de 16.060 millones de dólares, un crecimiento interanual del 14 %, pero insuficiente frente al consenso de analistas, que esperaba cerca de 16.210 millones.
Asimismo, reportó un beneficio neto atribuido de 2.900 millones de dólares, lo que representa un descenso interanual del aproximadamente 7 % frente al mismo trimestre del año anterior, debido al aumento de los gastos operativos y a las fuertes inversiones en infraestructura de nube y servicios vinculados a IA, informó en un comunicado.
Pese a que el beneficio ajustado por acción fue de 2,26 dólares, por encima de las previsiones de mercado, la reacción de los inversores fue negativa y las acciones cayeron más de un 7 % en las operaciones posteriores al cierre del mercado.
No obstante, medios especializados señalan que los contratos futuros de prestación de servicios —conocidos como «remaining performance obligations» (RPO)— subieron a 523.000 millones de dólares, lo que sugiere demanda a futuro, especialmente para su infraestructura en la nube.
Expuesta a OpenAI
Oracle tiene una gran exposición a OpenAI, el desarrollador de ChatGPT, ya que le proporciona parte de la infraestructura de su nube, y se ha convertido en un proveedor clave para el funcionamiento de modelos de inteligencia artificial de gran escala.
Esto implica que una parte significativa de los ingresos de Oracle está vinculado al éxito y la demanda de OpenAI, lo que puede ser muy rentable pero también genera riesgos si el crecimiento de la IA se ralentiza.
El segmento de “cloud infrastructure”, que incluye servicios de computación, almacenamiento y nube gestionada, creció con fuerza —un incremento cercano al 68 % interanual, según estimaciones—, demostrando que Oracle sigue apostando fuerte por migrar a la nube y por la provisión de servicios vinculados a IA.
No obstante, esa apuesta no bastó para compensar la caída de su negocio tradicional de software “legacy”, cuya facturación disminuyó alrededor de un 1 % interanual.
Invertir en infraestructuras masivas de data centers implica para muchos analistas un riesgo importante: mantener altos niveles de gasto de capital en un entorno donde la monetización real de esos compromisos a futuro aún es incierta, señalan expertos citados por la cadena CNBC.
Por ahora, los inversores parecen preferir la prudencia ya que la reacción en bolsa refleja un temor de que la vorágine de inversiones en IA y la nube pueda no traducirse en resultados inmediatos suficientemente sólidos.


