El impacto del miedo al contagio por el coronavirus durante 2020 ha provocado un notable aumento en el uso de plataformas digitales para realizar pagos y ahorrar entre los salvadoreños, según revela una reciente encuesta realizada por el Banco Central de Reserva (BCR).
El estudio encontró que un significativo 63.04 % de los salvadoreños opta por mantener su dinero en cuentas de ahorro con instituciones financieras, mientras que un 7 % posee una cuenta corriente. Esta tendencia refleja una marcada preferencia por dejar de lado el efectivo y confiar en los servicios bancarios para gestionar sus finanzas.
Las cuentas de ahorro ofrecen a los titulares la posibilidad de generar intereses por su saldo, el cual puede ser retirado mediante tarjetas de débito en cajeros automáticos. Por otro lado, las cuentas corrientes facilitan órdenes de pago de acuerdo a la disponibilidad de dinero, permitiendo retiros con tarjetas y cheques, aunque no generan intereses.
Aunque un 28 % de los encuestados aún prefiere mantener efectivo, un 2 % opta por otras modalidades como fondos de inversión y billeteras en bitcoin, indicando una incipiente adopción de nuevas formas de gestión financiera.
El documento del BCR también destaca que, a pesar de la creciente popularidad de las criptomonedas a nivel global, su uso aún carece de preferencia entre la población salvadoreña.
Los resultados de la encuesta, incluidos en una investigación sobre los principales medios de pago en El Salvador, reflejan una diversidad de perfiles entre los encuestados, con un 58.7 % de asalariados, un 29.7 % de estudiantes y un 11.5 % de personas con negocio, jubilados, desempleados u ocupados en el hogar.
En cuanto a los métodos de pago, aunque un considerable 77 % prefiere el efectivo, se observa un incremento en el uso de métodos digitales. Un 23.73 % recurre a transferencias electrónicas, seguido por un 22.91 % que utiliza tarjetas de débito y un 20 % que emplea tarjetas de crédito. Las personas asalariadas muestran una mayor propensión a utilizar métodos digitales, mientras que los estudiantes tienden a preferir el dinero en efectivo.
Esta tendencia sugiere un cambio gradual hacia una mayor adopción de servicios financieros digitales en el país, impulsado en parte por la necesidad de adaptarse a las circunstancias impuestas por la pandemia y las ventajas ofrecidas por la tecnología en términos de conveniencia y seguridad en las transacciones.