El líder mundial del sector automotriz, Toyota Motor, obtuvo un beneficio neto de 1,9 billones de yenes (11.481 millones de euros/12.371 millones de dólares) entre abril y septiembre, lo que supone una caída interanual del 26,4 %, debido sobre todo a las interrupciones de su producción en Japón.
Durante el citado periodo, primer semestre del año fiscal nipón, el beneficio operativo de Toyota Motor se redujo un 3,7 %, hasta los 2,42 billones de yenes (14.623 millones de euros), según los resultados anunciados este miércoles por la firma nipona.
La facturación del primer fabricante mundial de vehículos por volumen de ventas creció un 5,9 % con respecto al mismo semestre del año anterior, hasta los 23,28 billones de yenes (140.658 millones de yenes).
¿Por qué cayó el beneficio de Toyota?
El jefe de contabilidad de Toyota Motor, Masahiro Yamamoto, atribuyó en rueda de prensa estos resultados a la reducción de las ventas tanto en Japón como a nivel global debido a la suspensión temporal de la producción y llamadas a revisión de varios de sus modelos por las irregularidades en sus certificaciones de seguridad.
Las ventas de vehículos en todo el mundo de Toyota descendieron un 4 % hasta los 4,55 millones de unidades durante el primer semestre.
En Norteamérica, el principal mercado del fabricante nipón, sus ventas se redujeron en un 2,7 %, mientras que en Japón, su segundo mayor mercado, se desplomaron un 12,4 %.
Las citadas irregularidades afectaron principalmente al fabricante de vehículos comerciales Hino, subsidiario de Toyota, que fue investigado por las autoridades niponas debido a la falsificación de datos de sus emisiones contaminantes, que se remontaron hasta 20 años atrás.
La investigación derivó el pasado verano en una orden de las autoridades niponas a Toyota para que corrigiera sus prácticas para evitar nuevos problemas del mismo tipo, frecuentes entre fabricantes japoneses en los últimos años.
Las irregularidades se detectaron en diversas pruebas de seguridad de peatones y pasajeros que no se ajustaron a los estándares requeridos en Japón, aunque, según Toyota, sí que cumplían reglamentos pertinentes para mercados extranjeros, y derivaron en una prolongada suspensión de la producción en varias de sus plantas domésticas.
El impacto de Hino
El coste atribuido a los “problemas de certificación” de Hino Motors en la hoja de resultados de Toyota asciende a 230.000 millones de yenes (1.403 millones de euros).
Este impacto negativo se vio compensado por el efecto positivo de tipos de cambio favorables, por valor de 610.000 millones de yenes (3.689 millones de euros).
A partir de estas cifras, Toyota Motor mantuvo su previsión de obtener un beneficio neto de 3,57 billones de yenes (21.587 millones de euros) para la totalidad del ejercicio en curso, que concluirá en marzo de 2025, y lo que supondría un retroceso interanual del 27,8 %.
El fabricante con sede en Aichi (centro de Japón) calcula también que su beneficio operativo caerá un 19,7 %, hasta 4,3 billones de yenes (unos 26.000 millones de euros), así como un incremento de su facturación por ventas del 2 % hasta los 46 billones de yenes (278.162 millones de euros).