El panorama emocional puede cambiar mucho en un solo día de trabajo. A medida que las reuniones, los plazos y los correos electrónicos llenan su agenda, es posible que pase por todos los sentimientos, desde el miedo a la frustración, pasando por la satisfacción.
Eestudios demuestran que un número cada vez mayor de trabajadores de nueve horas experimenta una emoción más fuerte y tóxica: la ira.
Según una encuesta Gallup de 2022, el 21 % de los trabajadores del mundo experimentaron ira en su jornada laboral anterior. Soportar el peso de esta emoción en la oficina se ha relacionado con la hipertensión, las enfermedades cardiacas y la depresión, entre otras. Y enfadarse en el trabajo no sólo perjudica nuestra salud mental, sino que también impide el rendimiento laboral.
Lee Crocket, estratega profesional y la psicóloga clínica Sarah Adler, PsyD, comparten qué hacer (y qué no hacer) cuando estás viendo rojo en el trabajo.
1. Entender los factores desencadenantes
Comprender tus desencadenantes, o estímulos que desencadenan reacciones emocionales, puede ayudarte a adelantarte a tu ira, dice Crockett.
Identificar estos patrones puede ayudarte a conocerte a ti mismo y a entender “el porqué detrás del qué”, añade Crockett. Por ejemplo, quizá el hecho de que Susan menosprecie tu trabajo te recuerde a un trabajo anterior en el que alguien se llevó el mérito por tu trabajo y consiguió un ascenso. Saber esto te ayudará a tener compasión de ti mismo cuando surjan estas reacciones.
2. Descubra sus mecanismos de afrontamiento
Los mecanismos de afrontamiento son pequeños ajustes diarios que te permiten calmar la ansiedad y la ira en el lugar de trabajo, y cada persona puede crear un conjunto único. La Dra. Adler dice que la atención plena y los ejercicios de respiración son dos buenas opciones, pero también puedes probar algunas técnicas nuevas.
Practica la relajación muscular progresiva, ir al baño y mojarse la cara con agua fría puede ayudarle a despejar la mente y realizar movimientos corporales intensos puede ayudar a calmar el sistema nervioso autónomo.
3. Un plan de juego antes de que empezar
“Antes de empezar el día, piensa qué interacciones puedes tener y con quién”, dice Crockett. “¿Con quién tendrás reuniones? ¿Cómo puedes evitar estas situaciones o, al menos, estar preparado para que no te pillen desprevenido?”.
Este ejercicio te ayudará a anticipar cuándo pueden surgir la ira y la frustración para que puedas echar mano de tus mecanismos de afrontamiento.
4. Háblalo en lugar de reprimirlo
“Gritar o tomar decisiones precipitadas puede agravar la situación”, dice la Dra. Adler. “Si notas que la ira se está acumulando, lo mejor es tomarse un momento y no comprometerse inmediatamente a tomar decisiones, ya sea asumir más trabajo o rechazar tareas”. Vuelve a tus mecanismos de afrontamiento y prioriza tu salud mental.
Dicho esto, controlar tu enfado no significa que tengas que quedarte callado. Crockett recomienda acercarse a un compañero de trabajo o jefe y explicarle con calma por qué sus acciones o palabras te impactaron.
5. Autocuidado fuera del trabajo
Cuando hayas salido de la oficina o cerrado el portátil por hoy, es hora de priorizar actividades que te ayuden a alcanzar el equilibrio antes de que todo vuelva a empezar mañana. “Actividades como la meditación, escribir un diario y hacer ejercicio pueden estimular nuestras hormonas de la felicidad y crear una visión más positiva de nuestro día y de nuestra vida”, dice Crockett.