El Salvador enfrenta un posible retroceso económico de gran magnitud para 2050, según un estudio de la Secretaría Ejecutiva del Consejo Monetario Centroamericano (Secmca), que advierte que el incremento sostenido de las temperaturas y la intensificación de eventos climáticos extremos podrían comprometer de forma directa el rendimiento productivo del país.
El informe, desarrollado en conjunto con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), proyecta que el producto interno bruto (PIB) per cápita podría caer hasta un 36 % como consecuencia de los efectos acumulados del cambio climático. El análisis detalla que la variabilidad en la temperatura y las precipitaciones, junto con la presión sobre sectores clave como agricultura, infraestructura y energía, actuarán como factores determinantes en la disminución del crecimiento económico.
La investigación señala que, de mantenerse las tendencias actuales, El Salvador enfrentará mayores episodios de sequías y lluvias extremas, fenómenos que afectarían la productividad, elevarían los costos de adaptación y reducirían la competitividad. Además, destaca la urgencia de diseñar políticas públicas que integren criterios climáticos en la planificación económica de largo plazo, a fin de mitigar los impactos y fortalecer la resiliencia nacional.
El documento plantea que la región centroamericana, por su alta exposición y limitada capacidad de adaptación, requiere inversiones sostenidas en infraestructura verde, gestión de riesgos y transición energética para evitar un deterioro más profundo. En el caso salvadoreño, estas medidas serán cruciales para contrarrestar las pérdidas proyectadas y asegurar un crecimiento sostenible en las próximas décadas.


