La cantante cierra el 2023 como uno de los años más importantes de su carrera. Es hoy la artista latina femenina más escuchada del mundo y con cada nueva presentación o lanzamiento rompe un récord. Se prepara para explorar su faceta como empresaria al tiempo que alista sus maletas para un tour por Latinoamérica y Europa en 2024.
La primera vez que Karol G habló con Forbes era mayo de 2020. Contestó a la videollamada desde su estudio en Miami en medio de la pandemia del Covid-19. Estaba pasando por un año difícil, como ella misma lo dijo en ese momento: su canción ‘Tusa’ se había convertido en su primer éxito global y preparaba una gira en solitario por Estados Unidos, pero la expansión del virus la había obligado a frenar sus planes.
“El problema de tener en las manos por primera vez un éxito como ‘Tusa’ es enfrentarme al miedo de creer que puede ser el único que me llegue. Ahora tengo un reto personal enorme y es seguir haciendo canciones como esta, que conecten tanto con la gente”, contó en ese momento con su estilo desenfadado y cercano y el acento paisa que la caracteriza.
Esa Karol estaba lejos de imaginarse que tres años después sería la artista latina femenina más escuchada en el mundo, que su álbum ‘Mañana será Bonito’ –lanzado en febrero de este año–, se metería en los listados globales de los más reproducidos, que su gira por Estados Unidos sí ocurriría y sería una de las más rentables en la historia de la música urbana y que no tendría solo una nueva canción exitosa, sino decenas de ellas.
El 2023 la consolidó como un fenómeno de la música urbana. Apenas hace unas semanas paralizó Medellín con su ‘Mañana será bonito fest’, un festival de música, con artistas internacionales invitados, llevó a su ciudad natal y que sirvió de apertura para su gira por Latinoamérica y Europa en 2024. Según cifras de Diomar García Eventos, uno de los promotores detrás de sus conciertos en el país, 90.000 asistentes llegaron a verla en el escenario el 1 y 2 de diciembre, mientras que otros miles se reunieron alrededor de las pantallas gigantes que instaló en 23 municipios de Antioquia para que, literalmente, todos pudieran ver la transmisión en vivo de su concierto.
“Definitivamente ha sido un año inolvidable, en el que no he tenido tiempo de asimilar la cantidad de cosas increíbles que me han pasado. Un año de cosechar lo que llevo 17 años sembrando”, cuenta a Forbes en una nueva conversación. Esta vez escrita, desde su celular, mientras cumple con una agenda que incluye conciertos pendientes y una aparición en la ceremonia de los Latin Grammy, en donde se quedó con las estatuillas al Álbum del año, Mejor álbum de música urbana y Mejor fusión/Interpretación urbana. Esta última, por su colaboración con Shakira en la canción ‘TQG’, que llegó a ser número uno en al menos 18 países y en la lista global de la plataforma de streaming Spotify.
Con ‘Bichota’ (2021) la paisa se convirtió en ícono del empoderamiento femenino, les habló a las mujeres de cerca para decirles que eran dueñas de sus deseos y que podían gritarlos al mundo. Pero con ‘Mañana será bonito’ dejó ver su lado más íntimo, escribió sobre su dolor y convirtió uno de los momentos más difíciles de su vida en un álbum que habla de su proceso de sanación. “Han sido unos años de una transformación muy fuerte, de muchas vivencias que han construido a la persona que soy hoy. Los últimos tres años han sido tal vez los más evolutivos de toda mi vida”, comenta.
Se refiere al proceso que vivió luego de la ruptura de su relación con el también cantante Anuel AA, de origen puertorriqueño, con quien además estuvo comprometida. ‘Mañana será bonito’ es una crónica de esa separación que tuvo que vivir en público y que según ha dicho, llegó a sentir que no podría superar. “Creo que la Carolina de hoy siempre le habló a la de hace tres años, porque encontré dentro de mí una fuerza y una determinación que nunca había antes había sentido”.
Pero luego de vivir ese dolor, sorprendió al mundo con un ‘Lado B’ de ‘Mañana será bonito’ y presentó ‘Bichota Season’, la segunda parte del álbum, con la que adopta un enfoque distinto: se despide del desamor y deja claro que quiere comerse el mundo. “Ambos álbumes cuentan una historia que muchos han vivido, están viviendo o vivirán. Estos álbumes son una forma de sanar, de transformar el dolor en alegría y la decisión de abrirme y dejar ir todas esas historias es para que cuando otras personas escuchen, se sientan más fuertes, poderosas y amadas”.
SUEÑOS CUMPLIDOS
Además de catapultar su fama, el 2023 también fue un año de muchos sueños cumplidos para Karol G. Grabó ‘TQG’ con Shakira y esta se convirtió en su canción más exitosa en la plataforma Spotify, con más de 808 millones de reproducciones, y entró en el top 10 de las más importantes de YouTube, con más de 875 millones.
En un plano más personal, en mayo de este año los asistentes del concierto de Alicia Keys en Bogotá se sorprendieron cuando la cantante estadounidense invitó a Karol G al escenario para cantar juntas su éxito ‘No one’. Minutos más tarde las redes sociales se inundaron de publicaciones que le recordaban a Karol un video suyo de cuando era adolescente: en él estaba en su cuarto en Medellín, cantando frente a la cámara un cover de esta canción, una de sus favoritas. “La vida no para de sorprender: cada día me convenzo más de que esos 13 años de creer, soñar y trabajar entre un video y otro, valieron toda la pena”, escribió en sus redes sociales enmarcando para siempre ese momento.
Dos meses después, en julio, la artista de 32 años estaba de cara a otro sueño cumplido, esta vez en Nueva York como invitada especial por primera vez en ‘The Today Show’, uno de los espacios más importantes de la televisión de Estados Unidos. Allí además rompió el récord de asistencia en la plaza del Rockefeller Center, que en 1999 había marcado Ricky Martin. Según cifras de la policía de esa ciudad, al menos 15.000 personas llegaron hasta ese punto para verla.
Sin embargo, cuando hace una revisión sobre el cierre de su año no duda en decir que su logro más importante ha sido su evolución musical. “Cuando estaba pequeña miraba otros artistas, su música, videos, presentaciones y cuando miraba mi trabajo no lograba verme a mí misma en el punto de grandeza que quería. Entendí que todo dependía de mí y de mi esfuerzo por ser mejor. Es un sueño cumplido haber logrado ese compromiso y esa disciplina conmigo misma, mirar cada proyecto y verlo con respeto, admiración y orgullo”.
EL PODER DE NO RENDIRSE
Quienes han conocido la historia musical de Carolina Giraldo (Karol G) han escuchado el nombre de su padre, Juan Guillermo Giraldo Ramírez. Fue él quien le enseñó el amor por la música. En sus tiempos libres Juan Guillermo tocaba en un grupo con el que interpretaba canciones de rock, salsa y baladas.
También fue él quien a los 14 años le sugirió que se presentara en la versión para niños del concurso Factor X y aunque superó a más de 50.000 personas en las audiciones, salió del concurso antes de llegar a la etapa final. Pero su padre insistió en apoyarla y buscar nuevas opciones para su carrera en la música.
En 2006, firmó con el sello puertorriqueño Diamond Music, lanzó sus primeras canciones –que no tuvieron éxito– y terminó, de nuevo impulsada por Juan Guillermo, dejando CD’s en colegios, universidades, clubes y cualquier espacio en donde alguien pudiera conocer su música. En 2008 Universal Music Latino le ofreció un contrato como compositora interna pero lo rechazó porque tenía claro que quería ser cantante. Ese mismo año, tras varios fracasos, decidió estudiar marketing en Nueva York y se mudó a Long Island para vivir con una tía suya.
Un día, en el metro, se fijó en un anuncio de la Boston Music Conference, así que decidió acercarse a ese evento del sector por pura curiosidad. Aquella visita volvió a darle fuerzas y la motivó para volver a la música con disciplina renovada. Hizo las maletas y regresó a Medellín, donde estudió composición, musicología y canto en la Universidad de Antioquia durante cinco años.
Ese regreso marcó su visión de lo que quería ser como artista. El reguetón empezaba a fortalecerse en la escena musical latina y Medellín aparecía en ese mapa. Ella, que había crecido escuchando a Daddy Yankee, pronto tuvo claro que ese era el tipo de sueño que quería volver realidad.