La creciente presencia de agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) en el Mission District ha generado alarma entre los propietarios de negocios latinos, quienes advierten que la situación podría llevarlos al cierre definitivo en las próximas semanas.
De acuerdo con testimonios recogidos en la comunidad, la intensificación de operativos y patrullajes migratorios ha provocado un ambiente de miedo que mantiene alejados a muchos clientes, especialmente a aquellos sin estatus migratorio regular o con familiares en esa situación.
“Los fines de semana antes teníamos filas afuera. Ahora hay días en que no entra ni la mitad de lo que solíamos vender”, lamentó María Hernández, propietaria de una taquería familiar con más de 12 años en la zona. “Nuestros clientes están asustados. Muchos prefieren no salir por temor a ser detenidos”.
El Mission District, conocido por ser un bastión cultural y comercial de la comunidad latina en San Francisco, ha sido históricamente un refugio para familias inmigrantes y pequeños empresarios. Sin embargo, el reciente aumento de la presencia de ICE ha generado una sensación de inseguridad que afecta directamente la economía local.
“Esto no solo está dañando a los negocios, está destruyendo un ecosistema comunitario que ha tomado décadas construir”, señaló Luis Ramírez, director de una organización local que brinda apoyo a comerciantes latinos. “Si esta tendencia continúa, podríamos ver el cierre masivo de comercios esenciales para la identidad del barrio”.
Algunos empresarios advierten que solo tienen semanas antes de tomar decisiones drásticas. “No sé si el próximo mes podré pagar la renta del local”, confesó Ernesto López, dueño de una barbería. “Hemos sobrevivido a la pandemia, a la inflación, pero esto nos está matando”.
Organizaciones comunitarias han instado a las autoridades municipales a intervenir y reafirmar el carácter de «ciudad santuario» de San Francisco, buscando frenar los operativos de ICE y brindar apoyo económico y legal a los negocios afectados.
Mientras tanto, el temor continúa latente en las calles del Mission, donde la sombra de la deportación amenaza no solo a individuos, sino a toda una red de emprendedores que han forjado su futuro en este icónico barrio latino.