El peso del endeudamiento continúa siendo un desafío para las finanzas públicas de El Salvador. Entre enero y septiembre de 2025, el Gobierno destinó $1,307.7 millones al pago de intereses de la deuda pública, según los datos más recientes del Banco Central de Reserva (BCR). Esta cifra refleja un aumento del 6 % respecto al mismo periodo de 2024, cuando el desembolso alcanzó los $1,233.7 millones, lo que implica $74 millones adicionales en obligaciones financieras.
El incremento responde, en parte, al efecto combinado de mayores tasas de interés internacionales y a una estructura de deuda más costosa, resultado de emisiones recientes y del refinanciamiento de bonos con vencimiento a corto plazo. Los compromisos adquiridos por el Estado incluyen tanto deuda interna —principalmente bonos del Tesoro y Letras del Tesoro (Letes)— como externa, vinculada a préstamos con organismos multilaterales y tenedores internacionales.
De acuerdo con economistas consultados, el crecimiento del gasto en intereses podría ejercer presión sobre el presupuesto nacional, limitando el margen fiscal para inversión pública o programas sociales. Además, advierten que la sostenibilidad de la deuda dependerá de la capacidad del país para mantener un crecimiento económico constante y mejorar su recaudación tributaria.
El BCR ha destacado que, pese al aumento en los pagos, El Salvador ha cumplido puntualmente con sus compromisos financieros, lo que ha contribuido a mantener la confianza de los inversionistas y evitar tensiones en los mercados. No obstante, la proporción del gasto público destinada al servicio de deuda continúa siendo elevada, representando uno de los principales retos de política fiscal para los próximos años.
De cara al cierre de 2025, analistas prevén que el pago total de intereses podría superar los $1,700 millones, si se mantiene la tendencia actual, lo que subraya la urgencia de fortalecer las estrategias de gestión de deuda y priorizar un uso más eficiente de los recursos públicos.


