Se ha convertido en el evento más caro de la historia reciente del Reino Unido, superando el funeral de la reina Isabel II que llevó el cuerpo de la monarca en un extenso recorrido por Gran Bretaña. Aun así, la coronación de Carlos III vence a cualquier ceremonia real de los últimos tiempos.
Es difícil no notar los lujos que el palacio real ha impuesto ante la toma del trono y, aunque el nuevo rey ha querido tener una coronación más corta, con menos asistentes y más discreta que la de su madre, Isabel II, los costos del ritual superan al doble la cifra que pagaron los británicos en 1953, cuando se dio la última ceremonia de este tipo.
La Operación Golden Orb, nombre que el Palacio de Buckingham le ha delegado a este histórico 6 de mayo, habría costado 100 millones de libras esterlinas, equivalentes a más de 126 millones de dólares, según la prensa inglesa.
La mayor parte del presupuesto se habría destinado a la seguridad, pues entre los 2.000 invitados se hallan miembros reales de otras naciones, presidentes y celebridades importantes que resguardar. Hubo más de 29.000 policías presentes, francotiradores en los techos de la abadía y en sus alrededores, y oficiales de la policía secreta. Para entrar al sitio contaban con escáneres, perros entrenados para rastrear y lectores faciales.
“Las estimaciones para el rey Carlos son el doble, debido a cosas como la seguridad, que no eran un problema tan importante en ese entonces”, comentó una fuente cercana a la realeza al medio The Sun. Cuestiones de logística como transporte también tuvieron un alto presupuesto.
La decoración habló por sí sola. El lugar estaba rodeado de oro: en la corona de san Eduardo, en el trono del rey, en los cetros, en la cuchara de la unción, entre otros elementos importantes de la cita. También los asientos, hasta el techo de la abadía y los pequeños detalles que invadían el espacio cumplían con su lujoso propósito.
La música y los eventos de entretenimiento a darse por parte de Katy Perry y Lionel Richie también tienen su aporte, aunque no se conoce si este es económico; esto, sin contar los numerosos coros y las bandas que rodean las afueras de la abadía de Westminster.
En Inglaterra cada día festivo significa un golpe en su economía. Este evento más otro feriado a darse el 8 de mayo en honor a la misma coronación estima que le costará a la economía del Reino Unido otros 1.360 millones de libras esterlinas en pérdida de productividad, según CNBC.