Elon Musk, consejero delegado de Tesla y asesor de alto perfil del expresidente Donald Trump, protagonizó el fin de semana un inusual desacuerdo con el mandatario, al pedir directamente que se eliminaran los aranceles impuestos por la administración estadounidense. En una conversación con Trump, reportada por The Washington Post, Musk solicitó que se revertiera la política arancelaria que impuso un 10% de tarifas sobre todas las importaciones a EE.UU. y aranceles adicionales sobre otros países.
Este intercambio subraya uno de los desacuerdos más destacados entre Musk y Trump, especialmente relevante para el futuro de Tesla, cuya rentabilidad y ventas podrían verse seriamente afectadas por dichas tarifas. Musk, que había estado trabajando como asesor en la administración para reducir el gasto público, expresó su preocupación de que los aranceles pudieran dañar la competitividad de Tesla en Europa, un mercado clave para la automotriz.

En un evento reciente en Florencia, Italia, Musk reiteró su solicitud de un acuerdo de aranceles cero entre Estados Unidos y Europa, enfatizando que las políticas de Trump impactan negativamente a la industria automotriz, en especial a Tesla. Las acciones de la empresa han experimentado una caída significativa, perdiendo más del 42% de su valor desde principios de año, un reflejo de las tensiones económicas que se están generando.
Los economistas también han advertido que los aranceles podrían reactivar la inflación, aumentar los riesgos de una recesión en EE.UU., y elevar el costo de vida para los ciudadanos promedio, un golpe para Trump, quien había prometido reducir los gastos familiares durante su campaña presidencial.
En este contexto, el futuro de Tesla podría depender, en parte, de si el presidente Trump decide reconsiderar sus políticas arancelarias, un tema que ya ha generado gran preocupación dentro de los círculos empresariales y financieros.