El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, impondrá este sábado aranceles a productos provenientes de México, Canadá y China, en un intento por presionar a estos países para que refuercen su acción contra el tráfico de fentanilo y la migración ilegal. Así lo confirmó la Casa Blanca a través de su portavoz, Karoline Leavitt.
Los aranceles contemplan un 25 % sobre los productos de México y Canadá, y un 10 % sobre los productos de China. La medida busca presionar a estos países para que tomen medidas más estrictas en el control de las sustancias químicas utilizadas para fabricar el fentanilo y en la regulación del flujo migratorio hacia Estados Unidos.

Repercusiones económicas y legales
A pesar de que México y Canadá están amparados por el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), la decisión de Trump podría derivar en disputas comerciales. Ambos países buscan evitar la aplicación de estos aranceles mediante mesas de diálogo. La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, aseguró que su gobierno cuenta con diversos planes de contingencia ante la medida, aunque no reveló detalles.
El impacto económico de la medida podría ser significativo. De acuerdo con Oxford Economics, la economía de Estados Unidos podría perder hasta 1.2 puntos porcentuales de crecimiento, mientras que México podría caer en recesión. Según Wendong Zhang, profesor de la Universidad de Cornell, el Producto Interno Bruto (PIB) de Canadá podría contraerse un 3.6 %, el de México un 2 % y el de Estados Unidos un 0.3 %.
Argumentos de Trump y posibles reacciones
El mandatario estadounidense justifica la medida como un asunto de seguridad interna. Durante una audiencia en el Senado, Howard Lutnick, nominado por Trump como secretario de Comercio, afirmó que los aranceles buscan presionar a los gobiernos extranjeros para que refuercen el control de sus fronteras.
Aún quedan dudas sobre si la medida aplicará a todos los productos o será selectiva. Además, existe incertidumbre sobre si Trump eximirá del arancel al petróleo, decisión que según el propio presidente tomará en los próximos días.
Con estas medidas, la administración de Trump abre la puerta a posibles acciones legales por parte de los países afectados y de empresas estadounidenses perjudicadas. La tensión comercial podría tener repercusiones significativas en la economía global, especialmente en sectores clave como el automotriz, la electrónica y los productos agroalimentarios.