La generación de energía y la producción agrícola son las dos actividades que se verán afectadas por el fenómeno de El Niño en Centroamérica, según un reporte de la agencia calificadora Moody’s, emitido para toda América Latina en agosto.
La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA, en inglés) pronostica 84 % de posibilidades de que se produzca un fenómeno de El Niño moderado este año y 56 % de posibilidades de que se produzca una perturbación fuerte, la primera desde 2016.
«El fenómeno meteorológico de El Niño regresará en 2023 después de una ausencia de cinco años, caracterizado por un calentamiento de las temperaturas superficiales en el Pacífico ecuatorial y un cambio en la dirección del viento», expresó la calificadora. «Si bien el impacto físico de este choque variará según la región y el sector, la mayoría de los países y sectores de América Latina atravesarán el ‘shock’ climático sin experimentar estrés crediticio importante, absorbiendo los costos y mitigando el daño», agregó.
En América Latina, El Niño tiende a provocar lluvias inusualmente altas en algunas zonas y sequías o estrés térmico en otras, indicó Moody’s. «Unas condiciones más secas y cálidas en los cultivos retrasarían el desarrollo de los cultivos y reducirían la productividad», acotó. En el caso de la agricultura, El Niño provocará seguías en algunas partes de Centroamérica y El Salvador ya experimenta este impacto.
La semana pasada, la Cámara Salvadoreña de Pequeños y Medianos productores (CAMPO) estimó que las pérdidas en granos básicos por las lluvias irregulares ascienden a $33.7 millones para la cosecha de primera. La gremial afirmó que El Salvador perdió 1.1 millones de quintales de maíz y 38,520 quintales de frijol. El temor de los productores es que la cosecha de postrera también se vea afectada y las pérdidas aumenten. «Es probable que El Niño influya en los precios de los alimentos que han contribuido al aumento de la inflación desde 2021, pero han disminuido en 2023», destacó Moody’s.
Por otra parte, el informe advierte que los precios de la energía serán menos predecibles en las regiones que dependen principalmente de fuentes renovables, lo que plantea riesgos para las empresas de servicios públicos que carecen de contratos de protección.
«El Niño reducirá la disponibilidad de agua en Costa Rica, provocando una mayor dependencia de las plantas térmicas y del mercado eléctrico regional para las importaciones. En última instancia, esto se reflejará en precios más altos de la energía a través de ajustes periódicos de tarifas», reza un fragmento del análisis.
En Costa Rica, las plantas hidroeléctricas aportan aproximadamente el 73 % de la electricidad total del país, la mayoría de ellas propiedad del Instituto Costarricense de Electricidad y operadas por este. En contraste, el aumento de las precipitaciones que también genera este fenómeno puede impulsar el sector energético de América Latina, a través de una mayor producción hidroeléctrica.
El impacto de El Niño según Moody’s
Estos son los aspectos que Moody’s resaltó en su reporte sobre el fenómeno para América latina
1- Panorama
El impacto a corto plazo del nuevo El Niño sobre el crecimiento del PIB dependerá de su gravedad y los efectos a largo plazo dependerán de los daños a carreteras, escuelas y hospitales. El fenómeno afectaría la actividad económica en 2023-2024.
2- Menos flexibilidad
Los gobiernos, empresas y la infraestructura de América Latina tienen menos flexibilidad financiera para hacer frente a un El Niño fuerte, como el que azotó la región en 2016. Sin embargo, la mayoría de los países y sectores sortearán el shock climático.
3- Recursos
El predominio de América Latina en los mercados agrícolas y mineros mundiales significa que cualquier shock de oferta interna influirá inevitablemente en los precios mundiales de las materias primas. Las alteraciones de los cultivos en Brasil pueden inflar los precios de los alimentos, mientras que las lluvias más intensas en Argentina pueden impulsar la producción.
4- Electricidad
El Niño retrasaría el desarrollo de infraestructura, con consecuencias crediticias mixtas para la generación de energía hidroeléctrica y los precios de la electricidad. Las inundaciones pueden reducir las opciones de transporte de pasajeros, bienes y servicios, y pueden dañar infraestructura crítica relacionada con la energía.
5- Préstamos
Un El Niño fuerte comprometería la capacidad del sector agrícola, ganadero, pesquero y minero para pagar los préstamos bancarios. Los bancos tienen reservas para pérdidas crediticias adecuadas para resistir incluso un fenómeno fuerte.