China está dando un paso significativo en el avance de su infraestructura tecnológica con la actualización de su red 5G al nuevo estándar 5G-A, un movimiento que superará las capacidades de la red 5G actual en términos de velocidad, latencia y eficiencia energética. El gigante asiático también ha anunciado su compromiso de promover la investigación y el desarrollo de la tecnología 6G, con el objetivo de consolidar su liderazgo en el campo de las telecomunicaciones globales.
La red 5G-A, ya en proceso de despliegue en algunos distritos de Pekín y Shanghái, promete alcanzar velocidades de descarga de hasta 10 gigabits por segundo, con una capacidad de carga de 1 gigabit por segundo. Este avance marcará una mejora notable respecto a la red 5G actual, que ya está operativa en todo el país.
La nueva infraestructura también se destacará por su capacidad de reducir la latencia, aumentar la escala de conexión y optimizar el consumo de energía, lo que beneficiará a una variedad de aplicaciones de alta demanda, desde la inteligencia artificial hasta la conectividad de dispositivos inteligentes.
El proyecto es parte de una serie de directrices emitidas por la Administración Nacional de Datos (NDA) de China, que busca mejorar la infraestructura de datos del país y promover un entorno más eficiente para el intercambio seguro y a gran escala de datos. Según un informe de la agencia oficial Xinhua, las directrices incluyen también la ampliación de los canales internacionales de información, tanto por cable submarino como terrestre, lo que permitirá a China fortalecer su conectividad global.
Además, el Gobierno chino alienta a las industrias y regiones del país a «explorar activamente la nueva infraestructura tecnológica», con el fin de proporcionar un entorno de entrega de datos «eficiente y confiable», un paso clave en la consolidación de China como líder en tecnología y datos a nivel mundial.
China ha invertido fuertemente en los últimos años en sectores clave como la supercomputación, redes 5G, inteligencia artificial (IA), almacenamiento en la nube, macrodatos, energía limpia, tecnología militar y vehículos inteligentes.
Estos sectores se consideran fundamentales para el crecimiento económico del país, especialmente en un momento de desaceleración económica. Sin embargo, algunos de estos avances han generado preocupaciones en Estados Unidos, que teme que las empresas chinas puedan estar colaborando con las Fuerzas Armadas del país, lo que ha dado lugar a la creación de listas negras para restringir el acceso de China a tecnología desarrollada en territorio estadounidense.
Con el impulso a la tecnología 5G-A y la investigación en 6G, China no solo busca mantener su competitividad en el mercado global, sino también sentar las bases para la siguiente generación de innovación en telecomunicaciones, consolidándose como una potencia tecnológica de cara al futuro.