Durante los primeros seis meses de 2025, El Salvador recibió $4,837.7 millones en remesas familiares, una cifra que evidencia un ritmo de crecimiento constante y sostenido en comparación con años anteriores, según el más reciente informe del Banco Central de Reserva (BCR). Este desempeño refuerza el papel de las remesas como uno de los pilares fundamentales para la economía salvadoreña.
De acuerdo con el reporte, el incremento está vinculado a la recuperación de la actividad económica en los países emisores, particularmente en Estados Unidos, así como a una mayor adopción de medios digitales para el envío de dinero. Solo en junio, el país captó $862.9 millones, un 29 % más que en el mismo mes de 2024, marcando el mayor crecimiento mensual del año.
El comportamiento del semestre ha sido destacado por el BCR, ya que en cuatro de los seis meses analizados se superó la barrera de los $800 millones mensuales. Además, el número de operaciones también creció: se registraron 2.3 millones de transacciones en junio, un 6.3 % más respecto al mismo periodo del año pasado.

En términos de valor, el promedio por remesa individual aumentó de $311.5 a $350.5, lo que representa un incremento del 12.5 %. Por su parte, el monto promedio global de remesas creció un 13.6 %, pasando de $284.1 a $322.6.
Estados Unidos continúa siendo el principal país de origen de las remesas, con un crecimiento interanual del 19 %. También se registraron aumentos significativos en las transferencias procedentes de España (16.5 %), Italia (12.1 %) y Canadá (1.9 %).
A nivel nacional, las regiones paracentral y occidental fueron las más favorecidas con el ingreso de remesas, con participaciones del 22.1 % y 20.7 %, respectivamente. A nivel departamental, Cabañas y Chalatenango destacaron con aumentos del 26 % y 24.8 %, mientras que San Salvador reportó la menor variación con un 10.8 %.
El estudio también resalta un cambio estructural en los canales de recepción: el uso de plataformas digitales, tarjetas de débito y crédito ha superado a los métodos tradicionales. Esta transformación se atribuye a una mayor digitalización del sistema financiero, esfuerzos gubernamentales por facilitar transacciones seguras y la expansión de corresponsales y agentes remesadores en zonas rurales.
Particularmente relevante ha sido el crecimiento del 37.7 % en remesas recibidas directamente en cuentas bancarias, que ahora representan el 32.4 % del total, con un promedio por transacción de $427.9, el más alto entre los distintos canales. En cuanto al uso productivo de estos recursos, las remesas destinadas a inversión sumaron $59.3 millones hasta junio, representando un 1.2 % del total y reflejando un crecimiento del 1.7 %.
El BCR también identificó 1,276 entidades pagadoras, destacándose supermercados, farmacias y tiendas de consumo diario, mientras que los beneficiarios alcanzaron los 1.86 millones en el semestre.
Por otro lado, el informe señala un aumento pronunciado en los envíos de mayor cuantía: las remesas superiores a $2,000 crecieron un 47.6 %, en contraste con el 10.3 % de crecimiento en los envíos menores a esa cifra. Esta tendencia podría estar relacionada con un comportamiento precautorio frente a políticas migratorias restrictivas en Estados Unidos y a las reformas fiscales previstas para 2026.
Dicha reforma contempla que los proveedores de servicios de transferencia asumirán la recaudación de impuestos sobre ciertos tipos de envíos físicos, como efectivo o giros postales. Sin embargo, las remesas digitales realizadas sin instrumentos tangibles quedarían exentas, lo que podría consolidar aún más la preferencia por los canales electrónicos.
En suma, las remesas no solo siguen siendo un soporte financiero esencial para los hogares salvadoreños, sino que también están evolucionando hacia formas más modernas y eficientes, con impactos directos en la inclusión financiera y el crecimiento económico nacional.