La construcción del Aeropuerto del Pacífico avanza con pasos firmes y está proyectada para ejecutarse en tres fases, con el inicio de operaciones de la primera fase previsto para el segundo semestre de 2027. Así lo confirmó el presidente de la Comisión Ejecutiva Portuaria Autónoma (CEPA), Federico Anliker, quien destacó que este proyecto no solo responde a una necesidad de infraestructura, sino que representa una inversión estratégica para el crecimiento económico, el desarrollo y el bienestar de los habitantes del oriente del país.
«Lo que requeríamos para el crecimiento económico y los servicios para los habitantes del oriente del país es esta inversión, en la que ya está apostando esta administración», aseguró Anliker, resaltando la importancia de la obra para mejorar la conectividad regional y nacional.
La primera fase de construcción, que ya está en marcha, tiene un costo de $386.4 millones. De este monto, $320 millones provienen del Banco de Desarrollo de América Latina, $16.4 millones del Gobierno de España, y $50 millones de fondos propios. En esta etapa, el aeropuerto tendrá una pista de 2,400 metros y dos puertas de embarque, con la capacidad de recibir hasta 300,000 pasajeros anuales y realizar 2,000 vuelos.

En cuanto a las siguientes fases, Anliker detalló que la segunda fase contempla la ampliación de la pista a 3,000 metros y la instalación de 8 puertas de embarque, con una capacidad de hasta 1 millón de pasajeros anuales. La tercera fase, por su parte, se proyecta para atender hasta 5 millones de pasajeros y 40,000 operaciones anuales.
Desde su apertura, el Aeropuerto del Pacífico ofrecerá infraestructura suficiente para recibir vuelos de aerolíneas comerciales, carga, asistencia, operaciones militares y ayuda humanitaria, facilitando el acceso directo al oriente del país y eliminando la necesidad de transitar por los aeropuertos de Comalapa o Ilopango.
Además de ser una pieza clave para la infraestructura del país, las primeras fases de construcción del aeropuerto generarán más de 10,000 empleos directos e indirectos, beneficiando a las familias que residen en la región oriental de El Salvador.
Con este ambicioso proyecto, El Salvador avanza en su objetivo de fortalecer su red de transporte aéreo y abrir nuevas puertas para el desarrollo económico y social.