Por quinto mes seguido, El Salvador experimenta una leve caída en el nivel general de precios, según las estadísticas del Banco Central de Reserva (BCR). En agosto, el Índice de Precios al Consumidor (IPC), que mide la inflación, registró una tasa anual de -0.11%.
El retroceso se reflejó en seis de las 12 divisiones que componen el IPC. El transporte fue el rubro con la mayor disminución interanual, con -3.78%, seguido de muebles y artículos para el hogar (-1.25%) y alimentos y bebidas no alcohólicas (-1.24%). Este último sector acumula ya 11 meses consecutivos con cifras negativas. Las otras divisiones en descenso fueron prendas de vestir y calzado (-0.79%), recreación y cultura (-0.46%) y comunicaciones (-0.35%).
En contraste, algunos sectores presentaron incrementos de precios durante agosto. Restaurantes lideró con un aumento de 2.86%, seguido de bebidas alcohólicas (2.58%) y alojamiento, agua, electricidad, gas y otros combustibles (2.21%). Otros componentes que registraron crecimiento fueron salud (2.07%), educación (0.46%) y bienes y servicios diversos (1.47%).
El comportamiento de la inflación ha sido un tema de seguimiento constante desde la crisis económica derivada de la pandemia. Entre 2021 y 2022, El Salvador vivió un periodo de escalada inflacionaria que alcanzó su punto máximo en julio de 2022, con una tasa de 7.76%.
El patrón de tasas negativas en los últimos meses ha llevado a cuestionarse si el país está enfrentando un proceso de deflación, es decir, una caída generalizada de precios. Sin embargo, la inflación subyacente —que excluye los precios volátiles de alimentos frescos y energía— ha mantenido niveles positivos durante todo el año, registrando 0.59% en julio, según los últimos datos disponibles del BCR.