Ambos países avanzan en la construcción de un Tratado de Libre Comercio con un 70 % de los temas ya definidos y una segunda ronda agendada para finales de mayo en Lima.
El Salvador y Perú continúan fortaleciendo sus lazos económicos y comerciales con miras a concretar un Tratado de Libre Comercio (TLC) en los próximos meses. En marzo pasado, ambas naciones completaron la primera ronda de negociaciones en San Salvador, y se preparan para una segunda jornada que se desarrollará entre el 26 y el 30 de mayo de 2025, esta vez en Lima.
Jorge Rosado, embajador de Perú en El Salvador, expresó en declaraciones a Diario El Salvador que existe un fuerte compromiso entre ambas partes para llevar el acuerdo a buen término. Según detalló, entre cuatro y cinco rondas de negociación serían suficientes para concretar el tratado, ya que aproximadamente el 70 % de los temas ya se encuentran avanzados.
«Tengo entendido que el 70 % de la negociación ya está hecha. Quedan temas complejos como el origen y el acceso a mercados, pero hay un espíritu muy positivo en esta negociación. Ambos países están involucrados en una mística que busca concluir en el más breve tiempo», afirmó el diplomático.

Con este ritmo, Rosado considera posible que el tratado se suscriba entre octubre y noviembre de este año, marcando un hito en las relaciones económicas bilaterales.
En paralelo, esta semana una delegación de empresas peruanas visitó El Salvador para explorar oportunidades de negocio y posibles alianzas comerciales con el sector privado salvadoreño. El embajador destacó que esta visita refleja el creciente interés de Perú por integrarse más activamente al mercado salvadoreño.
«El Salvador se ha convertido en un país con mucha expectativa a escala internacional y eso se refleja en el interés que existe entre los empresarios peruanos de conocer y explorar el mercado salvadoreño», señaló Rosado.
Por su parte, el Ministerio de Economía de El Salvador subrayó la relevancia estratégica del acuerdo, dada la intensificación del comercio bilateral en los últimos años. De concretarse, el TLC abriría nuevas oportunidades de inversión, cooperación y desarrollo para ambas naciones latinoamericanas.