En la recta final de una campaña electoral que se presenta virtualmente empatada según los últimos sondeos, el «voto latino» se ha convertido en un elemento crucial del ajedrez político entre Donald Trump y Kamala Harris. Con la fecha de las elecciones acercándose, surge la pregunta sobre qué pueden esperar los miembros de esta comunidad del resultado electoral.
La comunidad latina en Estados Unidos no es un bloque monolítico; presenta una diversidad de realidades sociales, económicas y migratorias. Pablo Alvarado, codirector de la Red Organizadora de Jornaleros de Estados Unidos, destacó que hablar de “latinos” en general puede invisibilizar a grupos más vulnerables. “Los venezolanos, cubanos y mexicanos adinerados en Miami no enfrentarán riesgos significativos, pero los más vulnerables están preparándose para lo peor con la posible llegada de Donald Trump a la Casa Blanca”, afirmó.
Trump ha sido objeto de críticas por sus declaraciones despectivas y xenófobas hacia los latinos, lo que ha intensificado la indignación dentro de la comunidad. A pesar de que su equipo ha intentado minimizar estos comentarios, el expresidente tiene un historial de retórica que ha avivado temores en torno a la inmigración y ha impulsado políticas de línea dura, incluyendo deportaciones masivas.
Alvarado advirtió que el lenguaje de Trump ha tenido efectos dañinos incluso si es derrotado. “Su discurso sobre nosotros contribuye a vulnerar nuestros derechos, lo que puede llevar a situaciones donde se nos niegue un salario justo”, expresó.
Un reciente estudio de la Universidad de California en Los Ángeles analizó el impacto económico de una deportación masiva. Los resultados sugieren que tal medida podría provocar una caída del PIB real en Estados Unidos del 4%, y en México del 16,3% para 2028. Raúl Hinojosa, investigador del estudio, indicó que las repercusiones serían devastadoras y representarían un ataque directo a la comunidad latina en EE.UU.
Por el lado demócrata, la migración ha sido tratada de manera más indirecta por Harris, quien busca diferenciarse de Trump. Uno de sus enfoques clave es ofrecer una vía hacia la ciudadanía para quienes cumplan con los requisitos. Sin embargo, las encuestas muestran que muchos votantes confían más en Trump para manejar la inmigración, lo que ha llevado a Harris a intensificar sus esfuerzos en este ámbito.
Durante su campaña, Harris ha realizado movimientos estratégicos, como un viaje a la frontera con México para exponer sus planes migratorios, y ha reconocido que el sistema actual está roto y necesita arreglos. A pesar de que ambos partidos han utilizado el tema migratorio como una herramienta política, el interés de los votantes latinos puede influir significativamente en las decisiones electorales.
Finalmente, el impacto de estas iniciativas y discursos en la comunidad latina se hará evidente el próximo 5 de noviembre, cuando los votantes tengan la oportunidad de decidir su futuro en un contexto marcado por la incertidumbre y la polarización política.