Los estibadores de 14 grandes puertos de Estados Unidos se declararon en huelga en la madrugada del martes 1 de octubre de 2024, tras el fracaso de las negociaciones de última hora entre su sindicato, el International Longshoremen’s Association (ILA), y la Alianza Marítima. Esta medida, que involucra a aproximadamente 85,000 trabajadores, es la primera huelga en el este de Estados Unidos desde 1977 y está generando un impacto significativo en el comercio marítimo del país.
La huelga afecta a puertos clave como Nueva York/Newark, Baltimore, Savannah, Houston, Miami y Nueva Orleans, y se estima que podría costar más de 2,000 millones de dólares al día en comercio de productos esenciales, incluyendo alimentos, vehículos y hidrocarburos. Con piquetes y concentraciones en las entradas de los puertos, los estibadores han dejado claro su descontento por las condiciones salariales y la falta de protecciones contra la automatización.
«Estamos dispuestos a luchar el tiempo que sea necesario para obtener los salarios y las protecciones que nuestros miembros de ILA merecen», declaró Harold Daggett, presidente del sindicato, en un comunicado.
Ante la crisis, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha instado tanto a la patronal como a los sindicatos a «sentarse a la mesa y negociar de buena fe, de forma justa y rápida», según informó la Casa Blanca. La situación actual plantea un desafío considerable para la economía estadounidense, que depende en gran medida del transporte marítimo para la importación y exportación de bienes. La resolución de este conflicto laboral es crucial para reestablecer el flujo comercial y evitar un impacto económico aún mayor.