Más del 74 % de las remesas que reciben los salvadoreños corresponde a montos menores a $500, de acuerdo con el Banco Central de Reserva (BCR). Estos envíos representan una fuente vital de ingresos para el país, ya que las remesas se han consolidado como el principal generador de divisas en la economía nacional.
El informe detalla que de enero a octubre de 2024, El Salvador recibió más de $6,857.6 millones en remesas. De este total, $2,890.1 millones provinieron de montos que oscilan entre $1 y $499, lo que equivale al 74.8 % de los envíos realizados por salvadoreños en el exterior.
Además, el BCR especificó que el 9.1 % de las remesas enviadas (equivalente a más de $1,373 millones) correspondieron a montos de $500 a $999. Los envíos de entre $1,000 y $1,999 representaron un 4.4 %, mientras que el 1.5 % de las remesas se encontró en el rango de $2,000 a $2,999. Finalmente, el 10.2 % de las remesas fueron por montos entre $3,000 y más de $10,000.
Destino de las remesas
Las remesas llegan al 25.6 % de los hogares salvadoreños, quienes destinan estos recursos principalmente al consumo y la manutención de sus familias. Estos ingresos permiten cubrir necesidades básicas, educación, salud y otros gastos esenciales.
¿Dónde se cobran las remesas?
El Banco Central de Reserva informó que el 48.3 % de las remesas se cobran a través de agentes remesadores y bancos. Por su parte, las cajas de crédito, el Banco de los Trabajadores y las cooperativas canalizan el 21.7 % de los pagos.
Un 14.9 % de los envíos se realiza mediante subagentes, que son instituciones financieras o personas naturales o jurídicas cuya actividad económica está enfocada en el pago de remesas. Los corresponsales financieros canalizan el 11.2 % de las remesas, mientras que el 2.6 % ingresa como remesas de bolsillo, el 0.2 % como recargas a teléfonos y el 1 % llega a través de billeteras de criptomonedas.
El flujo constante de remesas refuerza la economía salvadoreña, no solo por el impacto en los hogares, sino también por el movimiento de divisas que permite financiar el consumo interno. Las autoridades financieras continúan monitoreando esta actividad, ya que su dinamismo es clave para la estabilidad económica del país.