En el ecosistema empresarial actual, dos generaciones están marcando la pauta del cambio: los millennials y la generación Z. Aunque sus enfoques pueden parecer distintos, ambas comparten una convicción inquebrantable: hacer negocios con propósito, creatividad y una fuerte conexión con la tecnología.
Los millennials —nacidos entre 1981 y 1996— llegaron al mundo laboral con una mentalidad disruptiva. Hoy, muchos son fundadores de startups, líderes de empresas emergentes y gerentes de innovación en grandes corporaciones. Esta generación fue pionera en apostar por modelos de negocio centrados en la sostenibilidad, el trabajo remoto y el equilibrio entre vida personal y profesional. Sus emprendimientos suelen estar vinculados a experiencias, bienestar y tecnología, como aplicaciones financieras, productos ecológicos o servicios de estilo de vida.

Por su parte, la generación Z —nacida entre 1997 y 2012— está tomando el relevo con una perspectiva aún más digital, diversa y global. Nativos digitales por excelencia, los centennials están redefiniendo la manera de hacer negocios: usan las redes sociales como canal directo de venta, apuestan por la inteligencia artificial como herramienta cotidiana y colocan la inclusión y la autenticidad como valores no negociables.
«Ellos no solo quieren ganar dinero, quieren generar impacto», explica Ana Martínez, consultora de innovación y talento joven. «Los Z no esperan a tener experiencia para emprender; crean negocios desde sus redes, monetizan contenidos y lanzan productos desde sus habitaciones, con un alcance global».
En la práctica, ambas generaciones están protagonizando proyectos conjuntos y colaborativos: mientras los millennials aportan estructura, visión estratégica y experiencia, los Z empujan la inmediatez, la innovación constante y una lectura más aguda del entorno digital.
Uno de los puntos de encuentro más notables entre ambas generaciones es el compromiso social. Tanto millennials como Z están detrás de empresas con causa, desde marcas de moda ética hasta plataformas de educación accesible o soluciones tecnológicas para comunidades vulnerables.
La combinación de estas dos generaciones está transformando no solo los negocios, sino también el liderazgo. Hoy se habla de jefes empáticos, de empresas con propósito y de modelos de trabajo híbridos que priorizan el bienestar.
En definitiva, si bien millennials y generación Z tienen estilos distintos, ambos están escribiendo un nuevo capítulo empresarial, donde el impacto y la innovación van de la mano. El futuro de los negocios ya no se trata solo de competir, sino de colaborar, transformar y construir con conciencia.