Las instituciones de la Unión Europea pactaron la ley de inteligencia artificial que permite o prohíbe el uso de la tecnología en función del riesgo que suponga para las personas y que busca impulsar a la industria europea frente a gigantes como China y Estados Unidos.
“La ley de inteligencia artificial de la UE es pionera en el mundo. Un marco legal único para el desarrollo de la inteligencia artificial en el que se puede confiar”, dijo la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en un mensaje en la red social X.
El acuerdo llegó tras 36 horas de negociaciones y aún lo tendrán que ratificar el Parlamento Europeo y el Consejo de la UE, la institución que representa a los gobiernos europeos.
Uno de los puntos más sensibles de las negociaciones fue el uso que las fuerzas del orden podrán hacer de las cámaras de identificación biométrica en espacios públicos para garantizar la seguridad.
Las cámaras se podrán utilizar con previa autorización judicial para prevenir una amenaza terrorista “genuina y previsible” o “genuina y presente”, es decir que se esté produciendo en ese momento.
También se podrán emplear para localizar o identificar a una persona que haya cometido delitos de terrorismo, tráfico de personas, explotación sexual o, por ejemplo un crimen medioambiental.
La norma prohíbe todos los sistemas de categorización biométrica por creencias políticas, religiosas, filosóficas o por su raza y orientación sexual.
Tampoco se podrán utilizar los sistemas que puntúan a las personas en función de su comportamiento o características personales, ni la inteligencia artificial capaz de manipular el comportamiento humano.
Asimismo, estarán prohibidos los sistemas para expandir o crear bases de datos faciales captando datos de manera indiscriminada a través de internet o de grabaciones audiovisuales
Además, en los centros de trabajo o las escuelas también estarán prohibidos los sistemas de inteligencia artificial que pueden reconocer las emociones.