ELSA by Genderlab ayuda a las empresas a reducir los casos de acoso sexual, usando big data e IA. La startup ha quintuplicado la cantidad de clientes de pago en los últimos cinco meses y está en una ronda de levantamiento de capital para reforzar su presencia en los siete países donde operan, cuenta Marlene Molero, CEO de la firma.
Los comentarios en doble sentido, los acercamientos corporales y las miradas fuera de lugar en los espacios de trabajo suceden a diario. Muchos piensan que son comportamientos incorrectos, pero pocos le llaman por su nombre: acoso sexual.
¿La razón? Nueve de cada diez personas no saben bien lo que es el acoso sexual, pues solo asocian este término a cuando existe contacto físico o se ha dado una agresión fuerte, revela Marlene Molero, CEO y cofundadora de GenderLab. A través de ELSA, una herramienta digital de diagnóstico, GenderLab usa big data e inteligencia artificial para medir (con encuestas anónimas), monitorear y tomar medidas efectivas (según la estrategia sugerida en base a la data de las encuestas) contra el acoso sexual laboral sin depender de una denuncia. Se trata de un aspecto clave, debido a que solo una de cada diez víctimas denuncian estos casos, según datos de la startup.
“Esto es un problema que, además le cuesta a las organizaciones: una de cada cuatro personas que pasan por esto falta al trabajo, pide que la cambien de área con cualquier excusa, y finalmente termina renunciando. El resto, que ve lo que pasa, disminuye sus niveles de satisfacción laboral. Entonces, esto le cuesta todos los días plata a las organizaciones y les resta productividad. Los hace tener que incurrir en costos de buscar y entrenar nuevo talento en momentos en el que las organizaciones hacen tanto esfuerzo para incorporar a las mujeres en la fuerza laboral”Marlene Molero, CEO de GenderLab.
La abogada, que en el 2018 dejó su trabajo en una conocida firma legal local para fundar la startup peruana junto a Ivonne Quinones quien ya venía del rubro tecnológico y tenía experiencia con emprendimientos, cuenta que se encuentran en plena migración de nombre: de GenderLab a ELSA by GenderLab.
Cuando iniciaron, la startup se llamaba GenderLab y consistía en un aula virtual en el que diagnosticaban y hacían entrenamientos y talleres en contra del acoso sexual laboral. Aprovechando estos diagnósticos que realizaban, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) puso la mirada en ellos y los financió con el fin de estandarizar la metodología que usaban. Así dieron vida a la herramienta ELSA, que hoy se ha consolidado como su proyecto principal.
“En el 2022, lo que hicimos fue volver a medir por segunda vez a las organizaciones porque el objetivo es reducir la incidencia de acoso. Ahí encontramos que se había reducido en un año en un 60%. Entonces, pasó como de 34% [de casos] como media a 13% [de casos] en promedio”, comenta Molero.
“Esto se pudo lograr porque lo primero que se hizo cuando no habían sistemas de prevención [en las empresas] es que se implementaron. Y si ya existían sistemas, se dieron a conocer”.
A la fecha, más de 120 organizaciones y más de 100.000 personas ya han utilizado esta herramienta en Hispanoamérica. Principalmente se trata de compañías medianas o grandes, que cuentan con una gran masa de trabajadores, cuenta la CEO de la empresa.
Tras lograr el Producto Mínimo Viable (MVP) en pleno 2020, la startup ha multiplicado por seis su facturación: llegó a registrar ingresos por US$350.000 este 2022. Un momento clave para ELSA by GenderLab se dio en diciembre del 2022, cuando “salieron a vender” la herramienta y convencer a aquellas firmas que habían sido cubiertas por el financiamiento del BID en convertirse en usuarios pago.