La Oficina Nacional del Bitcoin (ONBTC) anunció un nuevo esquema de custodia para la Reserva Estratégica de El Salvador, con el objetivo de fortalecer su seguridad a largo plazo y blindar los fondos frente a eventuales amenazas derivadas de la computación cuántica.
De acuerdo con la institución, los bitcoines ya no permanecerán concentrados en una sola dirección —como se había hecho hasta ahora por motivos de transparencia—, sino que serán redistribuidos hacia múltiples direcciones nuevas y sin uso previo. El proceso se realizará en bloques de hasta 500 BTC por dirección, lo que permitirá reducir la exposición de los activos.
La medida responde a un riesgo teórico: en el futuro, los avances en computación cuántica podrían poner en entredicho los sistemas criptográficos que hoy garantizan la seguridad de bitcóin, la banca y las comunicaciones digitales. Si bien no existe actualmente una computadora capaz de romper dichos algoritmos, los expertos advierten que cuando una transacción se transmite, las claves públicas quedan visibles en la red, lo que podría facilitar su descifrado en un escenario con capacidades cuánticas avanzadas.
«Mantener los fondos en direcciones que no han sido usadas significa que las claves públicas se mantienen encriptadas mediante hash y, por lo tanto, fuera del alcance de posibles ataques», detalló la ONBTC en su comunicado.
Para mantener la transparencia, el organismo habilitará un panel público en el que se podrán monitorear las direcciones que integran la reserva, garantizando que los movimientos sigan siendo visibles sin comprometer la seguridad.
Actualmente, la Reserva Estratégica de El Salvador suma 6,284 BTC, valorados en más de $681 millones al precio actual, superior a los $108,000 por unidad. Esto supone una apreciación significativa frente a la inversión inicial, que rondó los $300 millones.
Stacy Herbert, directora de la ONBTC, destacó que esta estrategia coloca nuevamente al país en un papel pionero: «Fuimos el primer país en establecer una Reserva Estratégica de Bitcoin y seguimos liderando el camino en la adopción de mejores prácticas para esta era de verdadera soberanía y dinero de la libertad».
Con este movimiento, El Salvador no solo protege su patrimonio digital, sino que también envía un mensaje al ecosistema global: la soberanía financiera requiere adelantarse a los desafíos tecnológicos de la próxima era cuántica.