La economía mundial sigue sufriendo las consecuencias de la pandemia y de la guerra en Ucrania. Y aunque ambas crisis han desafiado la interacción económica en todo el mundo, cada vez hay más indicios de que todo comienza, parcialmente, a volver a la normalidad.
Respecto al comercio mundial, es importante destacar que el 90 por ciento se realiza por vía marítima. Y cualquiera que viva en la costa o en una ciudad con un gran puerto, ha visto como la congestión de los buques portacontenedores se ha ido aliviando en el último tiempo.
Esto también es observado por la Asociación Alemana de Armadores (VDR). Su director general, Martin Kröger, dice que son varias las razones, incluyendo el fin de las huelgas de los trabajadores portuarios en Alemania, lo que ha contribuido a normalizar la situación. «Por lo tanto, consideramos que la aglomeración de estos busques en las costas europeas se ha ido superando», declara a DW.
Asimismo, la capacidad de carga disponible ya no es tan escasa como hace un año y se refleja en las tarifas de flete. De hecho, los costos para transportar contenedores son casi iguales a los previos a la pandemia.
Vincent Stamer, del Instituto Kiel para la Economía Mundial (Ifw), explica que el factor decisivo para el desarrollo actual de las tarifas de flete se debe a una «reducción de la demanda de bienes físicos» y que tiene entre sus causas las actuales condiciones económicas de Europa y de Estados Unidos. «La inflación y el temor a la recesión están afectando la demanda de bienes», explica Stamer. Una menor demanda hace que vuelva a haber una mayor oferta de espacio para el transporte marítimo, lo que influye en la caída de la tarifa de los fletes.